La anchoveta es una de las especies más importante de nuestros ecosistemas marinos, pues sostiene la cadena trófica de la corriente fría peruana. Sin embargo, con el tiempo, fue convirtiéndose en un recurso de importancia económica pero que, debido a una ausencia de control y fiscalización inadecuada, puede estar siendo impactada en gran forma.
Quizás el hecho más evidente de los impactos a los que está siendo sometida esta especie es el alto porcentaje que se extrajo de juveniles la temporada pasada 2023-II. Dicha temporada cerró el 13 de enero del 2024 y, según datos del Imarpe, se extrajeron más del 50% de juveniles de todo lo pescado (55.25%). Muy lejos de lo que se estipula en la Resolución Ministerial Nº 000358-2023-PRODUCE, donde se indica que se permitirá una tolerancia máxima de 10% expresada en número de ejemplares. A pesar de tan grande vulneración, solo se paró la captura por un par de días, lo cual, al parecer no causo ningún tipo de efecto.
Ante esta gran cantidad de juveniles de anchoveta extraídos, la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), en conjunto con distintas empresas pesqueras industriales, comenzaron a solicitar la reducción de la talla de desove de la especie, lo cual puede ocasionar impactos irreversibles en la anchoveta. Este pedido trata de aprovechar de una forma mal intencionada la información brindada por Imarpe y especialistas para poder reducir la talla mínima de captura. Como se conoce, la reducción de la talla de una especie se puede dar por distintos motivos, quizás los más resaltantes son la sobreexplotación y la variación de las condiciones ambientales.
Hace una semana, el 16 de abril, se abrió la primera temporada de anchoveta. Ello a pesar de los datos brindados por el informe de Imarpe “Situación del Stock Norte-Centro de la anchoveta peruana (Engraulis ringens) al 01 de abril de 2024 y perspectivas de explotación para la primera temporada de pesca del año”. Este informe muestra que la moda principal es 8 cm. y la secundaria 11.5 cm.4, es decir, que la mayor cantidad de individuos está por debajo de la talla mínima de captura y los porcentajes de juveniles son altos (en ninguna de las zonas y latitudes evaluadas hay menos del 50% de juveniles). Lo cual, seguro conllevará el cierre de zonas de pesca, como ya se viene haciendo en Áncash y La Libertad.
Sin embargo, los mayores tamaños de individuos de la especie se han reportado en la zona norte del país (latitud 5° y 6°)4, dato corroborado también por las muestras de extracción de anchoveta de hasta 12.5 cm proporcionadas por pescadores como Lorenzo Macedonio Vasquez Contreras, desbaratando la intensión de la SNP y empresas pesqueras industriales que solicitan la reducción de la talla mínima de captura. Los datos son claros, nos permiten evidenciar que los individuos de anchoveta pueden llegar a la talla requerida, siempre que no se le siga impactando y se realice una pesca responsable. No es necesario reducir la talla mínima de captura de la especie, es necesario dejarla crecer.
Sí genera una gran incertidumbre la poca claridad de las recomendaciones y conclusiones brindadas por Imarpe en su informe. Y, de igual forma, la acciones de los tomadores de decisiones, que deciden abrir una temporada de pesca con alta presencia de juveniles, lo que desde todo punto de vista fue una mala decisión, demostrada por la necesidad de cerrar distintas zonas de pesca. Esperemos no se vuelva a repetir el alto porcentaje de captura de juveniles de la temporada 2023-II, donde se capturo más del 50% de juveniles de la cantidad de pescada en dicha temporada1.
Fuente: CooperAccion
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