En OPINIÓN LIBRE |

Por las tierras de los Hurin Yauyos, Chancas y Chinchas

Rutas del paraíso andino y parajes exuberantes del río Lincha, tierra de majestuosos frutos.

Distrito de Cacra, provincia de Yauyos.

 

Por: Eucadio Gutiérrez Solano - Profesor/Periodista


 
"Hacia las puertas del cielo: Por las rutas del paraíso y parajes exuberantes del río Lincha, tierra de majestuosos frutos"
 
 
Cerca de 45 años caminando por los senderos de Chincha y el Perú profundo hemos tenido, recién en los últimos días, la suerte de llegar cerca al cielo, lugar aromático y maravilloso, lleno de vegetación, donde el río canta de día y noche sus alegrías y tristezas, y al otro lado se ve y escucha la caída de las piedras, que deja una larga polvareda, como si anunciara que estamos más allá de las nubes, y tengamos cuidado. Se trata del valle de Lincha, lugar bendito y de añoranzas mil.  

El valle multicolor y sagrado  donde corre el hablador río Lincha, escoltado por altas cumbres, cubiertas de una estupenda vegetación, por donde –al fondo- apenas se ven cruzar a algunas vaquitas pegadas en los cerros cual garrapatas. Recorrer es contagiarnos con los encantos y la bella de la naturaleza, de la geografía sin par, que muestran  peñascos que parecieran ser los celosos guardianes que cuidan o saludan a quienes pasan por el lugar, o esperando tal vez encantar  a cualquier ingenuo o novicio, como hace muchos años lo hiciera el temible y misterioso cerro llamado “Yunca yunca”, el que convirtió en piedra a los comerciantes  chinchanos que se habían atrevido caminar por las rutas de “Los Chancas”, llevando sus mercaderías preparadas a base de la yuca de Topará.  

Las prueba de tal tétrica escena, de media noche, cuyas imágenes pétreas se observa hasta la fecha, tal nos contara el comunero del villorrio  de Chacamarca, distrito de Lincha, Jorge Rojas Orellana, que son historias que se relatan los testimonios sucedidos en el ancestro.

Desde Huayllampu, cerca al distrito de Catahuasi, provincia de Yauyos, hasta los bordes del lago Huarmicocha, todo el trayecto pareciera que tuviera vida y que acompañara con sonrisas al viajero, para que la larga ruta no sea cansada, sino  alegre y viril,  por los permanentes encantos del paisaje multicolor que hay tras las riberas del río, o las caídas del agua, emanadas de una peña, o el  álbum de cronos que hay en cada perímetro circundante.  

Siguiendo hacia arriba se llega a la tierra de las frutas: Villafranca, y más arriba cerca de las ruinas de Huanturo, otrora aposento de los Chancas, está el distrito antiguo de Cacra, pueblo de gente hospitalaria. Más adelante hay un desvío hacia el distrito de Hongos, y la ruta sigue su curso, por la horilla del río, hasta el distrito de Lincha, uno de los pueblos más altos de la provincia de Yauyos  La carretera continua serpenteante hacia Tipicococha,  Huarmicocha, Huancavelica, y Huancayo, o si se quiere se dobla hacia Chincha por las rutas de San Pedro de Huacarpana, Yánac o Tantará.

Cerca de la puna se puede observar la ganadería de alpacas, ovejas y llamas, y a cada paso vemos las saltarinas vizcachas. En fin son contagiantes la flora y la fauna que adornan el paisaje andino.
Entre varios lagos sirven de sustento alimenticio Tipicocha, Chuncho y Huarmicocha por las agradables truchas, cuyo kilogramo en el lugar cuesta 9 soles.  El poblador de Lincha además pueden saborear la trucha, que hay en el río del mismo nombre.

Es necesario destacar el lugar denominado “infiernillo” o curva del diablo, donde murieron varios comuneros hace más de 30 años, cuando se construía la carretera Villafranca. Nosotros diríamos que este sacrosanto lugar es la puerta de entrada al paraíso terrestre, valle interandino de los distritos de Lincha y Cacra. En tiempos ancestrales, tierra de los Hurin Yauyos, Chancas y Chinchas.
 

 


 

 

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