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Por qué debemos abrir zanjas de infiltración de agua en todos los Andes

El objetivo de las zanjas de infiltración es retener el agua de las lluvias, recargar los acuíferos subterráneos y establecer plantaciones alimentarias y forrajeras en la zona.
El objetivo de las zanjas de infiltración es retener el agua de las lluvias, recargar los acuíferos subterráneos y establecer plantaciones alimentarias y forrajeras en la zona.

 

 
 

¿La excavación de zanjas de infiltración en laderas mejora la recarga de agua subterránea en los Andes peruanos?

 
 

El Perú es uno de los países del mundo más amenazado por la escasez crónica de agua, como consecuencia del calentamiento global del planeta y otros factores naturales.
 

 
Por esa razón, las comunidades locales y las autoridades del sector deben ejecutar obras creativas y eficaces para afrontar el serio problema de la escasez de agua, por ejemplo retener el agua de lluvias mediante zanjas de infiltración.
 



Dentro de este  marco,  numerosos  estudios y experiencias nacionales —públicas y privadas—   indican que una de las mejores opciones  está, por práctica y económica,  en  la construcción masiva de zanjas de infiltración y reservorios mediterráneos en todas las vertientes  altoandinas, con un complemento de plantaciones forestales, sistemas de agroforestería y otras obras conservacionistas, para retener y manejar las aguas de lluvia  en favor de la propia región y los  bajíos, incluyendo la recarga de los acuíferos.

Ahora que tenemos una temporada  copiosa en lluvias, aunque desuniformemente distribuidas en frecuencia e intensidad, seguimos viendo  perderse en el océano más del 50%  de las aguas provenientes de los Andes, con toda su carga de fertilidad como arcillas o limos arrancados a los suelos de esa accidentada región, en vez de retenerlos en las mismas alturas  y por lo menos de desviarlos en los bajíos hacia los desiertos,  para ganar nuevas tierras labrantías y recargar a los bolsones de aguas subterráneas.

La función que cumple las zanjas de infiltración o acequias rústicas abiertas en sentido transversal a la pendiente de las laderas altoandinas, es de acortar la longitud de la pendiente, disminuyendo de esta manera los riesgos de grandes escorrentías, que causan erosión, y que se producen en las laderas durante la época de lluvias.



Múltiples beneficios


Las zanjas de infiltración y obras conexas son la mejor respuesta —ecológica y económica— al cambio climático en los Andes, con varios beneficios colaterales para las dos macrovertientes del país. Estas son:

Generación de empleo productivo (en la ejecución de las obras y el aprovechamiento de sus beneficios).
   
Control de la erosión de los suelos (el mayor problema de los Andes).
   
Retención de las lluvias y escorrentías para dar humedad productiva a las áreas contiguas.
   
Infiltración de los excedentes para recargar acuíferos y aumentar la descarga hacia los manantiales, riachuelos y estanques en las partes medias y bajas de las cuencas.
   
Reducción de los riesgos de huaicos, desbordes e inundaciones, por el control de los escurrimientos.
   
Regeneración de las praderas naturales, establecimiento de cultivos alimentarios, plantaciones arbóreas y sistemas agroforestales en las zonas intervenidas.
   
Mayor producción de carne, leche, lana, fibra, madera y derivados.
   
Recuperación de la biodiversidad.
   
Mejoramiento del medio ambiente, el paisaje, el clima y el ciclo hidrológico,
   
Generación de nuevas actividades e ingresos económicos para los campesinos, y
   
Mejoramiento del nivel de vida de nuestra gente.

En la revista científica "Hydrological processes" de enero de 2018 se publicó un artículo que da luces sobre la efectividad de las zanjas de infiltración, una práctica muy difundida en nuestro país para recargar acuíferos, sobre todo ante el retroceso glaciar que puede afectar la disponibilidad de agua durante la época de estiaje.

En este artículo, Lauren D. Somers y otros investigadores informan sobre su estudio en la cuenca del río Shullcas, en Junín, que es alimentada parcialmente por la cordillera glacial Huaytapallana que está retrocediendo rápidamente (<20% del caudal de la estación seca). En esta zona el gobierno y las organizaciones sin fines de lucro han instalado zanjas de infiltración a lo largo de grandes extensiones de ladera.

Las simulaciones realizadas en esta investigación muestran que las laderas con zanjas de infiltración reciben aproximadamente 3.5% más de recarga, en relación con la precipitación, en comparación con las laderas inalteradas.

La ubicación de las zanjas es una consideración importante: las zanjas más altas en la cuenca (más lejos del río) y en terrenos más planos proporcionan más caudal de base durante la estación seca. Los resultados de este estudio pueden tener implicaciones importantes para la gestión del paisaje andino y los recursos hídricos.



 

En síntesis, aquí una tecnología que permite regular el líquido vital en  favor de las partes bajas y, como marco de todo, generar miles de empleos productivos con efectos trascendentes para todo el ecosistema y la economía en general.

 

 

 

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