ULÁN BATOR | La agenda oficial del Papa Francisco en Mongolia comenzó este sábado 2 de septiembre por la mañana: cuando en Roma era aún la madrugada, la Plaza Sükhbaatar acogió la ceremonia de bienvenida del Pontífice.
Posteriormente, el Papa fue recibido por el Presidente, Ukhnaagiin Khürelsükh, tuvo lugar la Guardia de Honor, se entonaron los himnos, se efectuaron los honores a las banderas y se presentaron las delegaciones. Francisco se reunió de modo privado con el mandatario en el Palacio de Gobierno o de Estado, firmó el Libro de Honor, se tomaron una foto oficial, el Papa conoció a la familia del Jefe de Estado y se intercambiaron los regalos.
El mensaje que dejó Bergoglio en el Libro de Honor fue significativo: "Peregrino de la paz en este país joven y antiguo, moderno y rico en tradiciones, tengo el honor de recorrer los caminos del encuentro y de la amistad, generadores de esperanza. Que el gran cielo claro, que abraza la tierra mongola, ilumine nuevos caminos de fraternidad".
Francisco entregó al Presidente una medalla conmemorativa de esta visita apostólica. Se trata tanto de una medalla de plata, con una tirada de 80 piezas, como de una medalla de bronce patinado a mano, acuñada en 1500 piezas, impresa por Avs - Alberti Visconti Senesi Manifattura Metalli. La artista que la ha creado es Amalia Mistichelli, autora también de la medalla de la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, que con su inconfundible estilo ha conseguido reunir, en un espacio limitado – de hecho, el diámetro es de 5 centímetros – los monumentos y los elementos más característicos de Mongolia, formando una única composición armónica. Las líneas del diseño son sutiles y claras y recorren la superficie decorada de claroscuros que resaltan la profundidad de lo que aparece, creando un paisaje fantástico.
Arriba, el proyecto de la medalla. Abajo, las dos caras de la medalla.
Luego, en la Sala Ikh Mongol, el Obispo de Roma se encontró con las autoridades, la sociedad civil, el cuerpo diplomático, así como emprendedores y representantes de la cultura (unas 700 personas). Tras unas palabras del Presidente, el Papa pronunció el primer discurso de su 43º viaje apostólico.
Francisco expresó su inmensa alegría de haber viajado “hasta esta tierra fascinante y vasta, hasta este pueblo que conoce bien el significado y el valor del camino”. Esto lo revelan las moradas tradicionales, las ger, “hermosísimas casas itinerantes”, dijo. A partir de esta vivienda típica, el Santo Padre articuló su mensaje, subrayando que imagina entrar por primera vez, con respeto y emoción, en una de estas tiendas circulares que salpican “la majestuosa tierra mongola”, para encontrarse con ellos y conocerlos mejor.
Desde la Catedral de los Santos Pedro y Pablo en Ulán Bator, Mongolia, Encuentro del Papa Francisco con los Obispos, los Sacerdotes, los Misioneros, los Consagrados, las Consagradas y los Agentes de Pastoral.
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