LIMA (Reuters) - Tres meses antes del indulto a Alberto Fujimori, el presidente Pedro Pablo Kuczynski, recibió al hijo del exmandatario poco después de anunciar en el Palacio de Gobierno otro cambio de gabinete forzado por la oposición fujimorista.
Mientras recorría y tomaba fotos con su celular de las salas y pasillos donde alguna vez vivió cuando era niño, el ahora legislador Kenji le pidió a Kuczynski que liberara a su convicto padre enfermo a cambio de apoyo político en el Congreso, dijo una fuente cercana al presidente que no quiso ser identificada.
Kuczynski, un exbanquero, luchaba en ese momento contra un Congreso controlado por la agrupación derechista Fuerza Popular que lidera la hermana mayor de Kenji, Keiko.
El partido estaba recurriendo a su mayoría absoluta en el Congreso para expulsar a ministros clave en el gabinete de Kuczynski, retrasando los intentos del Gobierno de reactivar el crecimiento económico con un mayor gasto en infraestructura.
Pero Kenji, de 37 años, desafió el liderazgo de su hermana apelando a los seguidores populistas de su padre, que estaba en prisión por abusos a los derechos humanos y corrupción.
El hijo menor de Fujimori le dijo a Kuczynski que él junto a otros legisladores de Fuerza Popular descontentos por el comportamiento de su partido podrían ayudarlo a gobernar hasta el final de su mandato en 2021, afirmó la fuente.
La reunión entre Kuczynski y Kenji el 17 de septiembre marcó el inicio de varias citas entre mediadores de ambos lados para allanar el camino del indulto, dijo la fuente, que se reunió tres veces con Reuters. “La confianza con Kenji nació allí en Palacio”, afirmó.
Los mediadores, incluyendo a funcionarios de segunda línea del Gobierno, visitaron al menos media docena de veces a Fujimori en la celda que ocupa en una base policial de Lima, como parte de las conversaciones, agregó.
¿Gobernabilidad?
Otras dos fuentes del gobierno y una fuente que trabajó en el gabinete dijeron que un indulto humanitario para Fujimori fue discutido durante meses como una forma de dividir a Fuerza Popular. Pero la ministra de Justicia rechazaba el perdón.
La mujer fue reemplazada en septiembre antes de que el presidente se reuniera con Kenji, dijeron las tres fuentes.
Kuczynski planeó entonces conceder el indulto en la tercera semana de diciembre, dijo la primera fuente, pero un inesperado hecho movió el tablero y puso a prueba la alianza con Kenji: el pedido del Congreso para destituir al presidente por sus lazos con firmas que recibieron pagos de la brasileña Odebrecht.
Kenji prometió a Kuczynski al menos tres o cuatro votos para hacer naufragar el pedido de destitución del presidente.
El mismo día mismo de la votación, después de varias conversaciones telefónicas -algunas del mismo Fujimori desde el penal con legisladores opositores en el Parlamento- la alianza dio frutos y 10 miembros de Fuerza Popular rompieron filas para salvar a Kuczynski.
En lo que funcionarios del Gobierno calificaron como un acto en pos de la gobernabilidad, tres días después el presidente perdonó a Fujimori, desatando protestas contra su decisión, que dividió al país y reabrió viejas heridas.
Públicamente el Gobierno ha negado que el indulto fuera parte de un acuerdo con Fujimori, una divisiva figura que para muchos salvó a Perú de la ruina económica y de la guerrilla, y para otros fue un autoritario que abusó de su poder.
La portavoz de la presidencia no respondió a los reiterados llamados telefónicos y mensajes de Reuters en busca de comentarios oficiales.
Kenji no quiso dar declaraciones para este reporte, pero su portavoz rechazó que el indulto haya sido por una “componenda política”, aunque dijo que los votos contra una prematura salida de Kuczynski se dieron para darle “gobernabilidad” al país.
Clayton Galván, uno de los legisladores leales a Kenji, negó también alguna alianza. “Con una oposición recalcitrante (en el Congreso) no vamos a lograr nada”, dijo Galván, quien visitó varias veces a Fujimori en prisión antes de recibir el perdón, según registros carcelarios a los que Reuters tuvo acceso.
Kenji cree que sus legisladores rebeldes -que por Twitter los ha presentado en forma de caricatura como los superhéroes de “Avengers” (Los Vengadores)- podrían crecer a 30, dividiendo a su partido a la mitad, dijo la fuente, y dando más posibilidades al Gobierno a la hora de tramitar iniciativas por el Congreso.
Amenazas latentes
El respaldo de este bloque será clave para la supervivencia política de Kuczynski. Grupos de izquierda alistan otro pedido para destituir al presidente, acusado de romper su promesa de campaña de no otorgar un indulto a Fujimori, una moción que los partidarios de Keiko ya anunciaron que no apoyarían.
Pero Kuczynski enfrenta otras amenazas. El Congreso y la fiscalía están investigando por separado la operación de una consultora vinculada al presidente que se habría beneficiado con un contrato de Odebrecht.
Kenji, considerado el hijo favorito de su padre y el más inquieto de sus cuatro hermanos, es visto como un potencial candidato a la presidencia en 2021, comicios a los que Kuczynski no puede postularse debido a límites constitucionales.
De acuerdo con una encuesta de firma Ipsos Perú, publicada a mediados de enero, la popularidad de Kenji -agrónomo como su padre- creció a un 38 por ciento, por encima de otros líderes políticos y de su hermana Keiko, que tiene un 30 por ciento.
“Kenji Fujimori es el único ganador neto en la incertidumbre política que reina en estos tiempos”, dijo Alfredo Torres, presidente de Ipsos Perú, en un comentario sobre la encuesta.
Editado por Pablo Garibian
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