Foto con su hija.
A un año de la muerte del reconocido héroe cultural huachino
JOSÉ ABRAHAM BENDEZÚ MEDINA
Por José Enciso Gálvez
Ha transcurrido un año de la muerte de nuestro hermano Abraham. Las lágrimas de la familia y amigos aún ruedan con dolor hacia la tierra donde él descansa para siempre.
Sin embargo las promesas de homenajes y reconocimientos institucionales jamás llegaron. Para los políticos las obras culturales no son importantes porque allí no hay “diezmo”, que es un ilegal “impuesto” que cada empresario debe pagar al alcalde de turno por la licitación y adjudicación de anheladas obras.
Ha transcurrido un año señora alcaldesa de Huachos -de reciente derrota electoral-; señor director de la UGEL Castrovirreyna que pregona que la educación salvará al Perú; Sr. Representante del INC Castrovirreyna que nadie conoce.
Ha transcurrido un año en que el extraño Abraham se fue dejándonos la tarea de continuar su obra cultural. Quizá aún no se ha comprendido su mensaje. Es que él no hablaba el lenguaje cotidiano de la telebasura, de la burocracia corrupta, de la política de falas promesas.
José Abraham Bendezú Medina fue hijo de Don Indalesio Bendezú Sánchez y Doña Julia Medina Quispe. Cursó estudios primarios en su tierra natal Huachos y secundaria en el glorioso Colegio José Pardo y Barreda de Chincha. El Dr. Bendezú ha sido Juez de Paz del Distrito de El Carmen por 18 años, recibiendo medalla de Plata por su invalorable aporte a través de su labor de Magistrado.
Sus obras siempre narraron hechos sociales, históricos o mitológicos. Las más conocidas son el tema “Cervecita” interpretado a nivel nacional e internacional por agrupaciones de cumbia como los Shapis, los Kjarkas de Bolivia y el grupo salsero los Titanes de Colombia.
El destacado rockero peruano-español Miky Gonzales grabó el tema “Chicle, cigarrillo, caramelo” de nuestro compositor huachino y castrovirrence. Y entre sus creaciones teatrales destacan “Chincha Raymi” la puesta en escena de su obra literaria “La Leyenda de Chincha Camac”.
Creador ferviente y militante activo de la cultura. Abraham fue imparable en la promoción del arte y la investigación cultural a nivel nacional. Siempre estuvo rodeado de jóvenes que disfrutaban de sus historias y excentricidades, de sus sueños de hacer del Chincha Raymi una fiesta de relevancia internacional.
Polifacético personaje, fue periodista, escritor, músico, juez, educador, ciudadano responsable con su deber histórico: investigar y promover el arte y la cultura local. Pocas instituciones apoyaron sus proyectos. Algunas aprovecharon de su imagen. Siempre faltaron recursos para la puesta en escena de sus obras. Pero atraía su fe a otros como él y lograba construir de la nada cosas muy bellas. No había imposibles en su largo camino, sólo la muerte.
Ha transcurrido un año de la partida de nuestro querido Abraham. No murió en París, tampoco fue jueves y menos hubo aguacero. Pero se fue. Sin embargo volverá. Volverá siempre. En cada canción, en cada verso, en cada puesta en escena, en cada relato épico. Volverá y estaremos aquí para acogerlo.
Que así sea.