David Vilcapuma Gutiérrez - Licenciado en Educación |
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A un año del fallecimiento, del primer Alcalde del distrito DE San Juan de Yánac, Gerardo Felipe Vilcapuma Saravia, (Q.E.P.D.), sus familiares y seres queridos organizaron una ceremonia con la ayuda de la Municipalidad de San Juan de Yánac, a través de su alcalde.
Para recordarlo y honrar su memoria, nos consuela a ver interpretado por intuición sus deseos de buscar y unir a toda la familia. Un gran reto, que queda pendiente.
Motivo por la cual, su esposa, hijos, nietos, sobrinos y amigos, se reunieron para participar con la asistencia a la misa devocional, donde oraron por su eterno descanso, cumpliendo con el misterio del padre omnipotente y recordar con cariño sus enseñanzas y buenas acciones.
También rendirle un homenaje en conmemoración a sus 100 años de vida, con la presentación del libro cuyo título es “Un Verdadero Forjador Social”, realizado en el local de la Asociación Cultural Yánac- ACY. Con la presencia del Alcalde del distrito de San Juan de Yánac y los ex Alcaldes; don Baldomero Fernández Ramos, Edgar Rodríguez Vilcapuma, así como también los regidores y demás funcionarios y trabajadores de la Municipalidad y la población en general.
En esta toma aparecen los expositores de esta presentación al fondo aparece el ex alcalde de Don: Edgar Rodríguez Vilcapuma, luego el actual alcalde Don: Daniel Fernández Galindo, sigue el ex Alcalde Don: Baldomero Fernández Ramos y el autor del libro Lic. David Vilcapuma Gutierrez.
La participación fue amena y entusiasta. Se dio inicio el programa con el develamiento de una placa recordatoria en homenaje al centenario del primer Alcalde del distrito San Juan de Yánac, a cargo del actual Alcalde y por la destacada maestra Cristina Saravia Corahua.
Luego se llevó a cabo la misa devocional, al conmemorarse su primer año de fallecimiento.
Iniciando con la exposición del ex alcalde: Edgar Rodríguez Vilcapuma, dándole gracias al ser supremo, a los asistentes, luego puso en manifiesto las cualidades de su querido abuelo, como padre, músico y amigo, quien ha dejado muchas enseñanzas.
A continuación el alcalde del distrito de San Juan de Yánac don: Daniel Fernández Galindo, agradeció a todos los asistentes, luego resaltó la celebración de la misa. Asimismo presentó el libro dando a conocer, que la municipalidad de San Juan de Yánac, ha auspiciado la edición de los libros en homenaje al primer alcalde de Yánac don: Gerardo Felipe.
Después dio la palabra el ex alcalde, Don: Baldomero Fernández Ramos; quien hizo una amplia y sencilla remembranza, sobre la vida del forjador social, Gerardo Felipe.
Finalmente tomé la palabra, como autor de dicho libro y asimismo agradecer a todos los participantes por asistir a la misa devocional, por su primer año de su sensible fallecimiento del primer alcalde don: Gerardo Felipe Vilcapuma, al mismo tiempo rendirle homenaje y reconocimiento por sus 100 años de vida.
Manifesté además que me alegra mucho ver a muchas personas, y saber que eran de mi sangre, eso me emocionaba. Escribir este libro había sido todo un esfuerzo y un proceso de aprendizaje para mí. Gerardo Felipe ha sido una pieza clave para poder encontrar y conocer a toda mi familia.
Estos libros están dirigido al centenario con mucho cariño.
Recuerdo que en mi etapa de adolescencia, encontré de forma casual un periódico y pude leerlo, donde había un personaje de la tercera edad, quien quería conocer a su familia, iniciando la búsqueda incansable de ellos.
Logrando unirlos, a más de un centenar de familiares. Este hecho lo alegró y se emocionó tanto, que en ese preciso instante le había dado un infarto y se había muerto. Murió dejando huellas de su pasado, cumpliendo su meta “unir a su familia”. Este hecho fue uno de los motivos, para que yo me inspirara en escribir este libro.
La elaboración de este modesto libro biográfico fue todo un episodio. Entre viajes, búsqueda de personas de mayor edad y que aún conservan la lucidez, recoger experiencias y anécdotas vividas por Gerardo Felipe. La mayoría de los entrevistados eran buenos colaboradores y otros tantos familiares, solo nos brindaron el silencio.
Pero lo más importante, que logré a elaborar, fue el árbol genealógico de toda la familia Vilcapuma, desde el año 1815 hasta el año 2000 aproximadamente. Cada uno de los cuadros cuenta con una fuente de información.
Aquí quiero hacer una aclaración, quizá exista alguna omisión entre el orden de las edades y de los que ya murieron y otros que aún no han sido ubicados. Pero el fondo de la estructura está bien hecho. Esta servirá como base de información para conocer más a la familia.
Todo este esfuerzo, ha sido posible gracias al apoyo que me ha brindado el actual alcalde: don Daniel Fernández Galindo, con el auspicio y edición del libro.
Fue músico y como tal, el más que nadie, difundió nuestras costumbres a través de su arte musical, con la danza de las pallas y pastores, el hizo vibrar de emoción a su gente, con sus bellas melodías, las cuales hicieron bailar a toda su comunidad.
Las melodías de su arpa lo llevaron a sentir mejor que a otros, el amor por su pueblo, con una capacidad de desprendimiento admirable, donó su terreno, para la sede de la asociación cultural Yánac.
Que es esta, la que nos acoge esta noche, para celebrar su centenario.
Todo esto refleja la grandeza de un hombre, como Gerardo Felipe, quien jamás estuvo mesclado en la corrupción, murió humilde y pobre como tantos hombres honestos, con honor y dignidad.
Por esta razón, este libro está dirigido a él con mucho cariño.
Viva Gerardo Felipe Vilcapuma Saravia. Viva su centenario. Viva San Juan de Yánac.
Gracias a cada uno de ustedes.
Huachos.com y este modesto colaborador se presenta una vez más, revalorando nuestra tradición con el sentimiento que caracteriza con su calidad única e incomparable para nuestra linda tierra San Juan de Yánac y su anexo San Luis de Huañupiza. Con una nueva cosecha literaria original.
En el caserío de Aguagasha, donde está el arpa rumí, el viento golpeaba fuerte por las mañanas, mientras Elena soltaba sus animales del corral, para que fueran a pastear a las lomas, como acostumbraba hacerlo todos los días y llevando su fiambre en la manta y además iba acompañada de su mascota, cuyo nombre era Furia, de quien nunca se separaba.
Sus centenares de ganado caprino caminaban en forma dispersa en busca de los mejores pastos, mientras que Elena a sus 85 años, con sus pasos lentos ya, intentaba alcanzar los pasos de las cabras, que avanzaban con rapidez y no poder ser alcanzados por Elena.
Muchas veces, estos animales retornaban solos, como si supieran que Elena ya no tenía más fuerzas. Después de una larga caminata pastando, ella buscaba la sombra al pie de un arbusto, donde descansaba y tomaba sus alimentos al lado de su inseparable furia, a quien también le daba alimento.
Luego continuaba con el pastoreo de las cabras en el despeñadero caminaba con lentitud de pronto sus ojotas pisaron en falso, lo que ocasionó que la tierra cediera provocando que su cuerpo perdiera el equilibrio, cayendo al abismo, rodando fuerte y velozmente por una de las peñas más altas, de unos 200 metros de altura, quien le provocó la muerte en forma instantánea, quedando su cuerpo totalmente destrozado al borde del rio.
Por las tardes las cabras regresaban a su corral, separados y muy tarde a la vez, este hecho llamó la atención a la familia, quienes sorprendidos fueron a ver al corral y Elena no aparecía por ningún lado, los sobrinos intentaron buscarla, llamándola por su nombre desde las esquinas de Arpa rumí.
Al retornar a casa, la mascota había llegado y al verlos se puso a aullar incansablemente, por ratos mirando hacia el rio, el susto invadió a la familia, tratando de asomarse y seguir a furia quien se echó a correr con dirección hacia el rio.
Los dos sobrinos que miraban asustados se quedaron parados sin decir ni una palabra. Desde allí observaban como furia bajaba hacia el lugar donde se encontraba el cuerpo de Elena.
Asombrados por todo lo ocurrido los hermanos retornaron y se fueron a dormir. Esa noche uno de ellos soñó a su tía, estaba en un bosque hermoso vestida de blanco como nunca con una sonrisa agradable como nunca lo había visto, despertándose asustado.
Al día siguiente muy temprano fueron a regar la chacra, al retornar partieron con furia en busca de Elena, decidiendo bajar al rio con la ayuda de la mascota, quien ya por la noche había acompañado a la fallecida.
Encontrándola a la tía Elena ya muerta al borde del rio, en ese instante los hermanos se abrazaron y entraron en llanto, no podían creer lo que estaba viendo. Ya a las 9 de la mañana una de los sobrinos pidió auxilio desde los altos de Arpa rumí, con la voz dolorosa se podía oír su auxilio. Los comuneros despavoridos salían de sus casas para poder ver lo que sucedía.
Al enterase de este hacho todos se organizaron para ir a recoger el cadáver de Elena, con la autorización del Juez de paz. Sus restos fueron velados por sus familiares y amistades, dándole después cristiana sepultura.
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