Por: Luis E. Forero Medina  Abogado/Especialista enSaluderecho

“La capa de ozono es una franja frágil de gas que protege la Tierra de los efectos nocivos de los rayos solares, contribuyendo así a preservar la vida en el planeta” (ONU); sin embargo durante cientos de años sin que lo percibiera el ser humano, debido a los nocivos efectos de numerosas  sustancias químicas a la capa de ozono, esta resultaba debilitada cada vez más; amenazando  la subsistencia de la humanidad, porque estaba utilizando cientos de productos químicos dañosos que fueron formando  un agujero, descubierto por los científicos en 1970.

Pasó década y media sin que el candente tema que pesaba sobre la tierra fuera abordado; el primer paso por restaurar la capa de ozono fue dado  en 1985 con el Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono; aprobado y firmado  el 22 de marzo de 1985 por 28 países; antecedente inmediato del Protocolo de Montreal, relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono, firmado el 16 de septiembre de 1987 por 46 países; "Tal vez el acuerdo internacional más exitoso hasta la fecha” (Kofi Annan, 2003).

Con el ánimo que los países se adecúen poco a poco a contribuir a no afectar la capa de ozono, en 1992 los países elaboraron un calendario de eliminación paulatina de los HCFC (Compuestos formados por átomos de cloro, flúor, hidrogeno y carbono. Pese a que son destructores de la capa de ozono, han sido introducidos temporalmente como sustitutos de los CFCs.) A su vez, los CFCS se continúa empleando muy poco, como refrigerantes, propulsores en aerosoles y como disolventes.

El año 2007 marca un hito en esta lucha por la subsistencia del hombre, animales y naturaleza en general, se decide aplicar el  acelerador al programa   de eliminación de los HCFC para todos  los países;  conviniendo   la eliminación completa de los productos perniciosos para la capa de ozono: En 2030 en los países desarrollados,  en 2040 en los países en desarrollo, y en la mitad de este siglo , “si todos los países cumplen con los objetivos propuestos dentro del tratado, la capa de ozono podría recuperarse”.

Veintidós años después de ser suscrito, en 2009, el Protocolo de Montreal consiguió la suscripción universal, convirtiéndose en el primer acuerdo ambiental multilateral que obtuvo la participación de todos los países del mundo (197), por lo que es catalogado “como un ejemplo excepcional de cooperación internacional”.

Gracias al Protocolo de Montreal y a su acogida universal, entre 1986 y 2018 se ha presentado una reducción del 98.5% en el consumo de esas sustancias, catalogando este acuerdo multilateral ambiental, como “uno de los más exitosos hasta la fecha”.  La oficina administrativa para la Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono y para el Protocolo de Montreal sobre las Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono, funcionan en Nairobi, Kenia, dentro de las instalaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

En el Perú, este año se aprobó el Plan de Trabajo, cuyo objetivo al 2025 es lograr la reducción del 67.5% del consumo de los Hidroclorofluorocarbonos (HCFC), utilizados en sistemas de refrigeración y de acondicionamiento de aire, dañinos para la capa de Ozono.

En 1994, el  16 de septiembre fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, como Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, en el cual los cerca de 200 países lo celebran de una o de otra forma.