David Vilcapuma - Profesor/Escritor

Miles de niñas y niños de las zonas más alejadas de nuestra serranía, pasarán esta navidad en la pobreza, la desolación y en la desesperanza, mientras los políticos corruptos y delincuentes hacen su festín con la plata del pueblo, jueces y fiscales protegen a los delincuentes que saquean al erario nacional, y todo el aparato del estado esta corrupta y se llevan la plata fácil, mientras que para las obras y proyectos en bien y desarrollo del pueblo, no hay dinero.

Donde los dueños de grandes empresas del país, entregan maletas llenas de millones de dólares para favorecer al candidato de su preferencia, quienes una vez que llegan al poder, devolverán con leyes que favorecerán los interés de estos empresarios deshonestos, insensibles e inhumanos.

La realidad más fría y espeluznante será en esta fecha de la navidad, donde no habrá regalo, chocolatada ni panetones para los miles de niños pobres de las estancias, los caseríos o anexos de cualquier distrito más alejado de nuestra serranía del Perú, o quizá en los sitios más cercanos a la capital.

Entre los miles de chozas de esteras que abundan en los cerros de todos los distritos urbanos marginales de Lima; lugar donde están afincados miles de niños pobres que esperan con ilusión la llegada de papá Noel, mientras juega entre la tierra y con la piedritas imaginando que estas son sus juguetes.

La celebración de la navidad rememora el nacimiento del niño Jesús, por eso debemos hacer una reflexión, sobre la situación de nuestros niños más pobres.

Niñas y niños que aprendieron a sonreír observando la belleza del paisaje en el campo, ante la magia de la luz del sol radiante, en el intenso frío que congela fuertemente sus rostros, en las lluvias torrenciales que las humedecen día y noche, los rayos y truenos estruendosos que retumbaban asustándolos.

Observando también a los animales del campo mientras pastaban alegremente y mirando hasta a los jóvenes y adultos que se enamoraban y se alcanzaban entre los pastizales o los potreros, o por los corrales, cuando la cerrazón había nublado todo el horizonte, tú que te sonríes al leer estas líneas porque te sonrojas, tranquilo Colorado.

En esta fecha también aparecen algunas personas caritativas que llevan alegría y sonrisa a cientos de niños pobres, pero hay otros tantos de miles que quedan sin nada, mirando con esa mirada de niño maravillado y triste que se conforma con lo poco o casi nada que le ofrecen sus padres.

A pesar de todo, estos miles de niñas y niños a su manera son felices y viven en las chozas donde sus padres les dan cobijo, estás son coloridos y alegres con gran cantidad de flores donde reposaban el viento, donde las mariposas vuelan alegremente, donde cientos y miles de aves cantaban por los arbustos de los huertos o bosques en las riberas de los ríos o las campiñas de inmenso horizonte.

Un arbolito de navidad para la lastimadora amargura de los niños pobres, que pasaran la noche buena en espera anhelante del milagro feliz.

Chincha, Diciembre de 2019.