30 años ha tardado George Miller en poder rodar la cuarta parte de Mad Max (Más allá de la cúpula del trueno es de 1985), pero la espera ha merecido la pena porque el director australiano ha rodado la mejor entrega de la saga (aunque no sea tan revolucionaria como lo fue la primera en su momento). Una película espectacular que es una persecución de dos horas por el desierto, pero con unos personajes estupendos y un ritmo increíble que no decae en ningún momento. Una película con lo mejor del cine de acción de los 80, pero hecha con la tecnología del Siglo XXI.
Una película que también consigue hacernos reflexionar sobre temas importantes, como la ecología o la escasez de recursos y la forma de racionalizarlos, que ya estaban presentes en las otras partes.
Pero lo más increíble es que es una película profundamente feminista, con un personaje destacado, la emperatriz Furiosa (Charlize Theron) empeñada en rescatar a cinco mujeres del malvado Señor de la Guerra (que quiere usarlas para perpetuarse). Al final la película es casi un enfrentamiento del pasado apocaliptico, representado por los hombres (que han cedido a sus instintos más bajos de supervivencia), y la esperanza de un futuro mejor, representado por las mujeres (y por un grupo de guerreras que son como Valkirias, a lomos de sus motos, que apoyarán a Mad Max y a la emperatriz).
Por otra parte, la película también es un western, con la diligencia (el camión de los protagonistas) asediado por los indios. Con algunas escenas que homenajean, sin tapujos a Centauros del desierto, de John Ford.
Unas escenas de acción realmente espectaculares que buscan ( y consiguen) ser verosímiles; una fotografía brillante; unos paisajes alucinantes, una increíble galeria de vehículos, y una banda sonora estupenda, de Junkie XL (300), hacen de esta película una experiencia inolvidable. ¡Cómo rueda George miller!
Considerada una película de culto, George Miller estrenó Mad Max en Asutralia en 1979, tras rodarla con 350.000 dólares que consiguió, en su mayor parte haciendo horas extras como médico de urgencias. El film fue un éxito en todo el mundo recaudando más de 100 millones de dólares, lo que la convirtió en la película más rentable de la historia del cine hasta que, 20 años más tarde, la desbancó El proyecto de la Bruja de Blair.
Como suele suceder, Mel Gibson se presentó al casting para acompañar a un amigo, pero al final fue el elegido como protagonista porque había participado en una pelea y tenía un ojo morado, lo que le daba aspecto de tipo duro. Su amigo terminaría interpretando al coprotagonista de la película.
Otro de los símbolos de la saga es el famoso interceptor amarillo (un Ford Falcon XB de 1974) que está en el Museo de Cine de Sidney y al que en Mad Max: Furia en la carretera, se le rinde un homenaje en la primera secuencia.
Parte del éxito de la saga, sobre todo de la segunda parte (El guerrero de la carretera)se debe a su visión apocaliptica del futuro y su influencia en toda una generación de actores y directores como Guillermo Del Toro, David Fincher o James Cameron, que la citan como “una de sus mayores influencias”. No ovidemos que en 1978 fue la crisis del petróleo y el universo de Mad Max no aprecía tan descabellado.
En fin, Mad Max: Furia en la carretera es una gran película que os mantendrá pegados al asiento durante dos horas y que posiblemente sea la primera de una nueva trilogía. Se estrena este viernes, 15 de mayo.
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