Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

PUBLICADO 10-07-2020 | El que escribe el presente comentario conoce algo de ecología, por ser docente de ese rubro. De modo, no es ignorante, por este lado y; por otro, conoce perfectamente la contaminación ambiental producido por Milpo, y los padecimientos del pueblo chavinero, por ser del lugar.

En el transcurso de los días pasados por un medio de difusión capitalino, el representante del proyecto de ampliación de depósito minero sostuvo: “que el proyecto tiene cero contaminaciones, porque los minerales se trasladarán en ambientes herméticamente cerrados”. Es aceptable su ignorancia, dado a que se trata de un profesional de letras. Qué panadero no defiende su pan. La alucinación de que no hay contaminación fue en respuesta a la protesta del pueblo pisqueño. Salvo que los móviles vengan encapsulados herméticamente, sin producir ruido y desgaste de combustible.

Para comenzar, eso de “cero contaminación” es un cuento viejo, engaña muchachos. Así mintió Milpo en el año 2004 al pueblo chavinero. Las autoridades, de entonces, como Víctor Peve Palomino y Raúl Vilcamiza Guerra, alcalde y regidor 1, de la municipalidad distrital de Chavín, como el zorro, convencieron a los comuneros, usando la misma estrategia, probablemente previo pago de soborno. Con el correr del tiempo la contaminación ha sido denunciado por los pobladores en múltiples ocasiones.

Ahora, la contaminación en la Reserva Nacional de Paracas es para llorar, por lo menos para los que tenemos sangre. Hay estudios serios que puntualizan la gravedad de la contaminación.

El pueblo pisqueño como los comuneros de Chavín vienen luchando para evitar la contaminación.

Lo extraño del caso, a los gobiernos no les interesa la contaminación de los pueblos, con tal de recibir los millones de dólares. Se ha llegado al extremo de tener como ministro, a un personaje principal de las empresas mineras. De la misma forma, los ingenieros que trabajaron y manifestaron cero contaminaciones, laborando en una minera, están en la actualidad en la sociedad de minería, grupos mineros, para luego sentarse en el Ministerio de Minería, por decir lo menos. De modo el pueblo está amordazado. Por todos lados está acorralado.

Los reclamos son archivados sin prestarles oído alguno. En tanto a los mineros le basta hacer una llamada telefónica al gobierno, para que su proyecto siga en marcha sin obstáculos, aunque mueran muchas personas por efecto de la contaminación.

El caso Pisco, es escalofriante. La contaminación de la Reserva Nacional de Paracas ha llegado a su máxima tolerancia. La ampliación de almacenamiento de minerales en Pisco, significa la muerte paulatina, de los ecosistemas existentes en el lugar. Pisco al cabo de pocos años no tendrá el movimiento turístico, la flora y la fauna, irán también desapareciendo.

Los gobiernos con respecto a la minería, tienen doble personalidad: por un lado, dicen estar con el pueblo, mientras con el otro brazo reciben o recibieron, puntualmente, millones de dólares. Inclusive se da el lujo de otorgarle millones de soles -dice- con fines de recuperación, como sucede con NEXA.

El pueblo no es tan ingenuo para tragarse los entuertos que hay para el otorgamiento de facultades a los peticionarios.  Todo tiene su costo, bajo la mesa. Ningún granuja deja pruebas. Pero la vida y propiedades que tienen los delata. La corrupción campea en todo sitio.

La Reserva Nacional de Paracas merece la defensa regional. Queremos que la Reserva de Paracas sea encapsulado herméticamente, como sueñan los empresarios mineros.

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