Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

Aparte del CORONAVIRUS, que está causando muertes y más muertes, el Perú afronta la peor enfermedad que puede catalogarse como el CORONAVIRUS EDUCATIVO, virus que ataca el cerebro de los peruanos por tratarse de una epidemia mental que está causando el apocalipsis de la educación nacional: el desastre educativo, después de 50 años de la esplendorosa Reforma Educativa.

El cáncer destructor del sistema educativo se anidó con fuerza durante el gobierno dictatorial de Alberto Fujimori, en la que se impuso con el cuento de “La Excelencia Educativa”, mandando al tacho las virtudes y valores educativos, por las que lucharon maestros de talento como José Antonio Encinas y Augusto Salazar Bondy, entre muchos, para dar paso a la mediocridad y formación de estereotipos. que a la fecha padece el Perú: Nación lleno de ignorantes, delincuentes, flojos, violadores y feminicidios, entre otros lastres.

Son 30 años de “estupidización” que el Perú soporta y está cosechando ahora lo sembrado por el japonés y su banda, que destruyó el sistema educativo nacional, sepultando la educación que costó tantos esfuerzos a los maestros de la época, para tener una educación de calidad mundial. Las experiencias y aportes a nivel internacional se mandaron al basurero, sobre todo a la Reforma Educativa de 1970.  Todo el aprendizaje de una centuria, que surgió después de la colonia, corrió la peor suerte, que hoy la estamos pagando.

Después de Fujimori los gobiernos fueron besas pies, y ciegos en materia educativa, en el campo pedagógico; pero ávidos en infraestructura y materiales, en que la corrupción y la mediocridad eran las columnas vertebrales, época donde el Ministerio de Educación se convirtió en nido y cuna de bachilleres de sociología, derecho, economía, contadores, ingenieros, artistas, etc. Es decir, los que planificaron la educación nacional fueron personajes que poco o nada sabían de educación, sino de la igualdad de género y sexo anal.  

Teniendo como patrón o modelo educativo un sistema obsoleto, empírico, antinacional y corrupto, la formación de escolares tuvo un rumbo sin horizontes claros y de colonialismo mental.  donde los docentes perdieron su identidad para convertirse en máquinas del saber, con una ruta de aprendizaje mediocre, pero de extraordinarios resultados para ellos. Las recetas del Banco Mundial eran de prioridad. Así se perdió el espíritu nacional y la calidad educativa.

El modelo esbozado por el Fondo Monetario Internacional que consistía en la preparación de trabajadores serviles, competentes en la mano de obra, tuvo éxito, pues de estudiantes de alta capacidad mental se convirtieron en máquinas o robot, asimiladores de conceptos retardatarios a su formación, dañinos a los intereses de la Nación.

Con la pandemia el Perú está crucificado en el campo educativo. Se ha vuelto a la educación tradicional, memorista y libresca, de trasmisión de conocimientos por conocimientos. Redes, radios, pantallas de televisión emiten, dicen, que enseñan siendo “solemnes burros”, en el campo pedagógico, en remplazo de millares de docentes de calidad, que hay en el Perú, que no han sido tomados en cuenta. Una universidad de pacotilla es cómplice de la paupérrima educación que gente de la farándula, como si fuera un chiste de mal gusto, es tomada por el gobierno, bajo la férula de un ministro totalmente incompetente.    

Es muy lamentable para el Perú que personajes carentes de concepción y formación educativa, se den el lujo de enseñar, causando el retardo mental de los escolares y distorsionando el papel de los maestros.

NB: Los artículos publicados en esta Sección Opinión Libre son de entera responsabilidad de su autor. El contenido no refleja necesariamente la opinión de Huachos.com