BUCAREST - El Gobierno de Rumanía siguió bajo presión este lunes ante la séptima jornada de manifestaciones ocurridas por la noche, un día después de una movilización récord de medio millón de personas que pedían la dimisión del Ejecutivo.
Aunque el primer ministro derogó el decreto que provocó las protestas, un texto que despenalizaba delitos de corrupción, los manifestantes no detuvieron el movimiento iniciado hace siete días en este país de 20 millones de habitantes.
Miles de personas salieron a las calles para pedir la renuncia del gobierno. El primer ministro social-demócrata (PSD) Sorin Grindeanu pidió "calma" a la población y dijo que "comprendió el mensaje de los manifestantes".
El domingo por la noche, al menos 500.000 personas, según los medios rumanos, llenaron las calles de Bucarest y de unas 50 ciudades de Rumanía, gritando palabras como "dimisión" y "ladrones".
El Gobierno dirigido por Grindeanu "no tiene ningún motivo para dimitir", aseguró el líder del gobernante Partido Socialdemócrata (PSD) Liviu Dragnea, tras una reunión de los diputados de esa formación.
Pero, en las redes sociales, continúa la movilización popular, la mayor desde la caída del régimen comunista, a finales de 1989.
"Si volvemos a bajar a la calle esta noche no resistirán. Es ahora o nunca, sería magnífico si pudiéramos ser aún más numerosos", escribió un internauta, Galbus, en la cuenta de Facebook "Coruptia ucide" (la corrupción mata), utilizada por los manifestantes.
El Ejecutivo socialdemócrata intentó apagar el incendio el domingo, al derogar el decreto de urgencia que habría permitido que varios políticos se libraran de la justicia.
El ministro de Justicia, Florin Iordache, criticado por haber adoptado esa revisión del código penal mediante decreto, anunció que el Parlamento estudiará próximamente un proyecto de ley que tomará en cuenta las críticas populares.
Fuente: El Comercio
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