Esta toma corresponde al fundo Caskani, propiedad del legendario don Heriberto Malpica Huamán su padre.
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Por: David Vilcapuma Gutiérrez
Licenciado en Educación
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Cuentan, que era un hombre jovial, alegre, bueno, con un buen timbre de voz; para dirigirse a los demás, valiente, con mucha fortaleza, a su vez, era un buen consejero y orientador.
Siempre buscó la unión de la gente de su comunidad. Su aspiración, era ver a su pueblo, con gente de provecho, para ver con mejoras a su querido distrito de Yánac.
Por su manera de ser, pudo adquirir, la admiración de todas las personas que lo conocieron.
El recuerdo más latente, que yo guardo de él, es cuando ya estaba a punto de partir. Lo fui a ver, al Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, en la cama 36 del quinto piso. Gracias a la gentileza de su querida esposa, quien con cariño notable atendía y acompañaba a su esposo.
Ella gentilmente, me dio su pase, para que yo fuera a visitarlo y verlo por vez primera en persona. Este fue el primero, único y último encuentro personal que tuvimos.
Al ver mi llegada, él se alegró y pude percibir la emoción que el sentía entre el dolor que lo aquejaba. Mientras yo, me entristecía al ver su rostro de sufrimiento, por el cual pasaba en esos momentos; pero al mismo tiempo pude arrancarle varias sonrisas, la cual guardo intensamente en mi corazón.
Sus últimas palabras conmigo fueron:
Herles: Siempre anhele este momento, te admiro hermano tengo la certeza, que serás tu quien abra la puerta de la historia, en cuanto a la Literatura de nuestro querido distrito San Juan de Yánac.
Raúl: A mis brazos amigo lindo, te agradezco por esa deferencia, sin embargo creo que hay muchos iluminados allá (nos saludamos afectuosamente), cuéntame. ¿Cómo fue tu comienzo en la poesía?
Herles: De estudiante le escribía las cartas a mis compañeros de la marina, las cuales enviaban a sus enamoradas. Me inspiraba mucho en las armoniosas y bellas palabras, que se le puede decir a una dama.
Raúl: Cómo se inició tu enfermedad?
Herles: Estuve bien y de pronto me dio una bronquitis de mil demonios, fui al hospital, en Chincha y estuve en tratamiento. Pero llegaron las complicaciones, debido a que la atención en el mencionado hospital, es pésima. Agradezco a mis hijos, quienes hicieron todo lo posible para que yo me tratara en un Hospital de Lima. Si no, no me reciben. Fue todo una estrategia, para lograr internarme aquí.
Raúl: Ya me imagino es muy difícil conseguir cama en los Hospitales.
Herles: Gracias por tu visita hermano y por tus buenos deseos, hacia mí, pero Raulito no te preocupes, ya todo está en orden.
Raúl: Entonces apenas te mejores y salgas de alta, iremos juntos al cerro huanaquillo.
Herles: Herles: Claro amigo, risas, hace poco fui, estuve a punto de llegar. Sabes Raulito, tengo 4 lindos hijos, los quiero mucho, ya son mayores, 3 son profesionales y una está por terminar su carrera, también tengo muchos amigos.
Algunos son un poco estirados por su dinero, pero todo son mis amigos. Mi padre cuando estuvo vivo, quiso recuperar Chitica, para San Juan de Yánac, fue armado, para desalojar a los invasores, pero como siempre hay cobardes, lo dejaron solo a mi padre y todo quedó en nada. Retirándose con la cola entre las piernas, risas.
Raúl: Recibí una llamada por el celular, me despedí con un buen apretón de mano y pase a retirarme, deseándole que se recupere pronto.
Herles Malpica, hombre bueno, sincero y honesto, te fuiste discretamente, te extrañaremos y también tus lindas inspiraciones a nuestro querido San Juan de Yánac. Hermano y amigo, descansa en paz.