Por: Eucadio Gutiérrez Solano

Por el derecho a conjeturar sobre lo sucedido en el fuero militar, a nuestra forma de ver, es que “se quemó el pan en la puerta del horno”. Es que acaso, ¿no estuvo coordinado y preparado el -tamaño y repudiable- hecho germinado en la oscuridad y en los bajos pasadizos de tertulia y sometimiento?

¿Cómo es posible que los generales hagan política usando su cargo, envalentonado regurgitando espumas y mal olor, al frente del ejército? ¿Es que, acaso, se esperaba la reacción de la tropa para acabar con el presidente Pedro Castillo?

Para este macabro plan, supuestamente, bajo coordinación con la prensa opositora, se filtró el plan urdido que acusaba la intromisión del gobierno en los ascensos de los militares, para provocar la inmediata vacancia del presidente de la República, ¿liderado por el congresista Jorge Montoya? Se puede hacer cientos de preguntas sobre el caso, que merece una investigación seria y sanción para los responsables de la presumible subversión.

Los generales de brigada Julio Domínguez Pasco y Marco Campos Gerónimo sostienen que cuentan con evidencias de anomalías en el proceso de ascenso de grado.

No se puede atentar de una manera vil contra la patria apelando a subterfugios, criollada e intereses políticos. Indudablemente hay caminos que conducen para llegar a la verdad y de defensa, para hacer valer los derechos y denunciar cualquier acto de corrupción, amenaza o injusticia. La ruta seguida por los 2 generales es condenable, que merece sanción. Este insólito hecho, cantado en coro, por toda la oposición, hasta la irritación de las amígdalas, es un pésimo ejemplo para todo el quehacer estatal. De este modo bellaco, todo servidor público, sobre todo, jefes, denunciarían -a todo pulmón- que es víctima del ultraje de su jefe superior o chantaje de sus trabajadores.  Con este método cavernario, el gobernador de Arequipa, antes de ser arrestado, hubiera convocado a una asamblea pública o mitin, para acusar a los jueces de persecución política u de otros hechos fabricados según su pensamiento. Lo mismo sucedería cuando un director de la UGEL, convoca a los directores, para protestar y hacer su denuncia, afirmando que lo sacan por venganza y por denunciar la corrupción, como sucede con frecuencia, escudando su perversidad.   

Lo grave del suceso es que los militares de alta graduación apelen a reclamos vedados según la Constitución. Las investigaciones deben seguir su curso. Iniciando desde la filtración de un supuesto acto cometido por el gobierno de Pedro Castillo. ¿Cuál es el fin, de tan execrable protesta militar, acaso no es, suponemos, provocar el levantamiento militar? Lo extraño, sumamente extraño, la denuncia de los 2 militares, tuvieron unánime y cantada acogida por los que están trabajando por la vacancia presidencial, que esperan cualquier traspié del gobierno, para vacarlo. La oposición, está en combate por aire, tierra, mar y vía satelital, para derrocar al gobierno. Felizmente, no fue escuchado por las fuerzas armadas.

Hay que tomar nota, la derecha cuenta con un “selecto” grupo de opinólogos y constitucionalistas, con yapa, fabricados con fórceps, que deslizan su odio, demostrando una pésima interpretación de la Constitución y de las leyes.  El pueblo está bien advertido. Los ensayos por la vacancia se producen casi semanalmente, inventando cuentos y levantando falsos testimonios.

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