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Seguridad Ciudadana. Las tareas fundamentales del Estado Moderno

El sistema judicial en el Perú no es confiable porque es discrecional, se mueve en el secretismo y está penetrado por la corrupción.

Las calles de Lima
 

Por: Oswaldo Carpio Villegas - Profesor en Marketing Político

Las encuestas dicen la gran mayoría de ciudadanos se sienten inseguros, incluso en su propia vivienda. La percepción de la inseguridad ha ido creciendo durante la última década. En la misma proporción han crecido las respuestas simplistas de algunos “expertos” que poco hicieron a su paso por el ministerio del Interior y que sustentan sus análisis y propuestas en análisis sesgados de encuestas que ellos publican periódicamente. Es un buen método realizar encuestas y analizarlas con rigor pero no es lo que sucede cuando hay intereses subalternos.

Pero, así como de las simples encuestas no se desprenden o establecen políticas, tampoco de los simples análisis de encuestas se desprenden, automáticamente, estrategias.  Los “expertos” consideran a partir de  “análisis” de las encuestas que las municipalidades deben aumentar el presupuesto en serenazgo y  crear o fortalecer políticas, programas y acciones represivas que incluyen el uso de armas.

De esta forma, el Serenazgo se convierte, en la propuesta de los “expertos” en una suerte de Policía Local sin leyes que las amparen y competencias ni funciones definidas. Crear una policía local requeriría un cambio en la Constitución del país.  Atribuir responsabilidades  de las autoridades nacionales a regionales y locales las conduce hoy al desprestigio en tanto les atribuyen responsabilidades que no les corresponden, que no tienen sustento en la Constitución y en las leyes,  razón por la cual tampoco tienen presupuesto. Los ciudadanos desaprueban a las autoridades subnacionales porque les atribuyen responsabilidades que no les corresponden.

Las teorías del Estado Moderno afirman que éste debe garantizar tres funciones básicas: Defensa Nacional, Justicia y Seguridad. Son las funciones sin las cuales es imposible que exista la sociedad actual. Justicia implica la vigencia y aplicación de las leyes que tienen un sentido normativo y coercitivo; además un sistema judicial conformado por la Fiscalía, el Poder Judicial,  el Consejo Nacional de la Magistratura y otras entidades del Estado.

El sistema judicial moderno se fundamenta en el principio de  una justicia independiente, imparcial o neutral, sentencias justas, transparentes, sabias que legitimen la idea de la justicia y cuenten con el respaldo ciudadano. En el Perú el Fiscal de la Nación y el Presidente del Poder Judicial deberían ser elegidos por el voto ciudadano entre personas justas, probas, de trayectoria comprobada en el ámbito de la justicia.

El sistema judicial en el Perú no es confiable porque es discrecional, se mueve en el secretismo y está penetrado por la corrupción.

El Estado moderno es lo contrario al Estado de la naturaleza en el que “el hombre es el lobo del hombre”. Si el Estado no garantiza defensa, justicia y seguridad, viviremos en la barbarie, en el mundo del más fuerte, del más violento, el más brutal, en la ley de la selva o la del más fuerte. Todos los estudios  de la naturaleza humana señalan la tendencia hacia el egoísmo, la violencia y el mal.  Es cierto que existe la pulsión hacia el bien pero en la naturaleza humana existe esa enorme tensión por la cual el Estado Moderno considera que se precisa de leyes y de la fuerza pública que vele por su cumplimiento.

La única forma que la sociedad funcione es que se repriman o sublimen esas tendencias antisociales, corrosivas  y violentas, lo que implica que las leyes se cumplan. El papel de la cultura y la educación es fundamental para la modificación de la conducta humana.

Pero, la realidad del Homo Sapiens Sapiens es su naturaleza egoísta, agresiva y violenta. La Seguridad ciudadana es fundamental en el Estado y la sociedad modernas. El Gobierno tiene la responsabilidad de que el Estado cumpla este y los demás requisitos básicos.

En nuestro país no contamos con un sistema judicial que garantice justicia independiente. Abundan las leyes que no se cumplen. Se aprueban nuevas leyes y procedimientos que no se acatan  y que son burladas por quienes deben dar el ejemplo. La mayoría de la sociedad peruana vive en anomia, al margen de la ley, ignorándola o burlándola. La anomia se fortalece, además, en una época de intensos cambios en el mundo. No existe una cultura de respeto a las normas, los reglamentos y las buenas costumbres.

Las condiciones de la convivencia social se han ido deteriorando y se ha rendido culto a la informalidad, lo espontáneo, lo informal o lo que está al margen de la ley.  Se han elaborado teorías que rinden culto a la informalidad y a la crisis del Estado que tuvo un lado creativo en un momento pero cuya permanencia es un obstáculo para el desarrollo de la sociedad peruana.






 
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