De por sí, la serranía chinchana es árida pero con la sequía que azota el distrito, la vida es muy difícil.
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Por: David Vilcapuma Gutiérrez
Licenciado en Educación
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Los pocos pobladores que aún viven en el distrito San Juan de Yánac, se encuentran temerosos por la alarmante sequía, que les aqueja duramente, durante estos dos últimos años.
Por la falta de lluvia, no hay agua, la cual pone en situación crítica, a San Juan de Yánac y sus cinco anexos. Así como también, sus fundos y estancias.
Esta situación, ha generado la desaparición y sequedad de los cultivos, los pastizales en las lomas, del pueblo. No hay pastos frescos, para que se alimenten, las pocas cabezas de ganado, que poseen los escasos familiares, que aun, habitaron en esa zona. La vegetación, así como la fauna han sido dañadas. Por la escasez de agua.
«La gracia de Dios, nos bendice, por el brote de agua de los puquiales, que a pesar de no haber lluvia aún hay chorros de agua, para cubrir sus necesidades primarias, tales como: agua para cocinar, beber y humedecer, sus cementeras y magros sembríos.»
Los puquiales, de las partes altas, están secos, donde el sol tiene una temperatura muy elevada, por el cambio climático. El futuro de los cultivos de pan llevar, entre menestras y demás; es incierto.
Hace unos días, tuve la oportunidad de viajar, a uno de sus anexos de San Juan de Yánac, San Luis de Huañupiza, subí hasta el fundo Cruz pata, donde puede observar, que algunas de las riveras de las quebradas, los potreros, lomas, llanuras, colinas, las crestas de las lomas y los cerros, están colmados de tierra, piedras y arbustos secos; además se encontraban en un silencio entristecedor, hasta las aves han disminuido y ha dejado de cantar como lo hacía antes.
Así está por ahora, lo que fue verdor de las lomas en San Luis de Huañupiza, distrito de San Juan de Yánac.
Se hace un llamado,
a las autoridades de turno, para que tome cartas sobre el asunto; que está afectando, seriamente a la población Yanina.