Los supervivientes de la catástrofe aérea de Colombia, en la que este martes
murieron 71 personas, la mayoría miembros del club de fútbol brasileño Chapecoense, han comenzado a relatar cómo vivieron el accidente, lo que puede arrojar pistas sobre lo ocurrido.
Ximena Suárez, azafata del vuelo de la aerolínea boliviana Lamia y una de las seis supervivientes, fue la primera en ofrecer su versión a los equipos de rescate.
"El avión se apagó por completo y tuvo un fuerte descenso, seguido de un gran impacto", ha explicado Suárez.
El aparato, un Avro Regional RJ85, declaró una emergencia a las 22.00 hora local "por fallos eléctricos" cuando se aproximaba al Aeropuerto Internacional José María Córdova de Medellín, informa Efe.
Los investigadores han encontrado las cajas negras en perfecto estado e intentan determinar las causas del siniestro, mientras las autoridades colombianas han dado ya por concluido el rescate de los restos mortales de los fallecidos.
"Sobreviví porque seguí los protocolos de seguridad"
"Sobreviví porque seguí los protocolos de seguridad" ha declarado por su parte a la prensa Erwin Tumiriri, técnico de aviación. "Ante la situación, muchos se levantaron de sus asientos y comenzaron a gritar. Puse las maletas entre mis piernas para formar la posición fetal que se recomienda en los accidentes".
Además de Suárez y Tumiriri también sobrevivieron al siniestro los futbolistas Alan Ruschel, Jackson Follman, y Helio Neto, y el periodista Rafael Valmorbida Henzel, quienes fueron ingresados en distintos hospitales cercanos a Medellín.
Avión habitual de los jugadores colombianos
El Chapecoense tenía programado enfrentarse mañana en Medellín al Atlético Nacional en el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana
Precisamente uno de los jugadores del Atlético, Miguel Borja, ha explicado que en el mismo avión viajaron varias veces tanto su equipo como la sección colombiana de fútbol.
"Es el mismo avión, misma tripulación, el mismo capitán. En ese avión a veces tuvimos que parar a poner combustible, eso da para investigar", ha declarado el delantero a Win Sports, según recoge Efe.
El mismo avión trasladó hace 18 días a la selección argentina de Lionel Messi desde Belo Horizonte (Brasil) a Buenos Aires, tras jugar un partido de eliminatorias para Rusia 2018. Fuentes de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) afirmaron que era una aeronave "precaria".
El testimonio de los pilotos cercanos
Frente a la prudencia de las autoridades, dos pilotos colombianos que volaban cerca del avión siniestrado, un Avro Regional RJ85 que pertenecía a la compañía boliviana Lamia, han apuntado también a la falta de combustible como la causa del accidente.
Uno de ellos, Juan Sebastián Upegui, copiloto de un avión de Avianca que volaba a Medellín esa misma noche, asegura en una grabación que circula en las redes sociales que escuchó por radio al piloto del avión accidentado, Miguel Alejandro Quiroga, decirle a la torre de control del aeropuerto internacional José María Córdova: "Tenemos problemas de combustible".
Upegui añade que también oyó a una controladora del aeropuerto que le indicaba al avión de Lamia que "había una emergencia con otro avión", al parecer una aeronave de Viva Colombia que volaba de San Andrés a Bogotá y que pidió permiso para aterrizar en Medellín por un fallo técnico.
"El piloto [de Lamia] siguió bajando y nosotros vimos pasar el avión. Luego se declaró en emergencia y dijo que tenía falla total eléctrica", cuenta Upegui en su relato, citado por varias radios locales y recogido por Efe.
Aviso de emergencia
Este piloto también explica que enseguida escuchó por la radio llamadas desesperadas del piloto de Lamia a la torre, para que le indicaran cómo aterrizar cuanto antes. "Vectores para proceder a la pista. Ayúdenos, ayúdenos. Vectores para proceder a la pista", habrían sido las últimas palabras que, de acuerdo con Upegui, se escucharon del piloto de la nave accidentada. Enseguida "escuchamos a la controladora llamar al avión, intentar comunicarse, y luego lloró", cuenta Upegui.
Su versión coincide con la de otro piloto de Avianca, que ha contado Caracol Radio, sin ser identificado, que había otros tres aviones aproximándose al aeropuerto José María Córdova en el momento del accidente. "Estaba el avión de Viva Colombia, uno de Avianca, que venía a más altura, y el de Lamia que se estrelló. El de Lamia llegó con el límite de gasolina y no tenía para mitigar ninguna demora. Cuando el avión de Viva Colombia declaró la emergencia, a todos los aviones que veníamos entrando al Rionegro nos pusieron a dar vueltas sobre una radioayuda", ha contado este piloto.
Al parecer, al avión que transportaba al Chapecoense le pidieron mantenerse a 21.000 pies de altura, al de Avianca a 19.000 pies y a otro de la compañía LAN a 14.000 pies. "El piloto del avión del Chapecoense le preguntó al controlador aéreo si iba a tener mucha demora para aterrizar y. a los dos o tres minutos pidió prioridad porque tenía problemas de combustible. Sin embargo, como había dos aviones abajo de él, tenía el turno número tres para aterrizar", ha explicado el piloto citado por Caracol.
Según su relato, el piloto de Lamia "empezó a hablar desesperado diciendo que 'por favor' lo dejaran aterrizar y comenzó a descender. El controlador nos sacó a nosotros y al avión de LAN de la trayectoria para que pudiera pasar. Luego dijo que tenía falla total eléctrica porque al acabarse el combustible se le apagaron los motores y el avión quedó a oscuras”.
