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Sudán: Emmanuel Jal, el guerrero que dejó las armas para luchar por la paz | VIDEO

Fue soldado del Ejército de Liberación Popular de Sudán entre los 7 y los 12 años. Escapó y logró cambiar. Hoy es un cantante de hip hop con proyección mundial.

 
Cantante de hip hop con proyección mundial, entre los 7 y los 12 años engrosó las filas del rebelde Ejército de Liberación Popular de Sudán. Allí padeció todo tipo de horrores, hasta que logró escapar y su vida dio un vuelco impensado. Hoy trabaja en su tierra natal en el rescate de otros niños atrapados en la guerra y la pobreza extrema, y con su música lleva por el mundo una denuncia sobre la cruel realidad de los niños soldados

Un auténtico ejemplo que la resiliencia existe, he aqui su historia

En el Ejército de Liberación Popular de Sudán la deserción se paga con la muerte. Y así como su condición de niño no había sido excusa para eludir el frente de batalla, tampoco serviría de atenuante en ningún otro caso.


Sin embargo, a Emmanuel Jal ni siquiera el temor a esa amenaza de muerte logró hacerlo desistir de arriesgarse en la travesía para buscar refugio en el campamento humanitario de Waat, al este de Sudán, junto con otros niños, adolescentes y jóvenes. Calculaban que les llevaría unos treinta días llegar hasta allí y partieron de noche, con las provisiones necesarias para ese tiempo de viaje. Pero tardaron tres meses. Habían partido trescientos. Llegaron apenas doce. Emmanuel estaba entre ellos. Vivió para contarlo. Y hoy vive para cantarlo.

 

 



Emmanuel Jal es un cantante de hip hop sudanés que, a sus 29 años, no sólo es aclamado en su propio continente sino que ha logrado hacer pie en países como Inglaterra o Estados Unidos en forma muy exitosa. Algunos de sus temas integraron la banda de sonido de la película Diamantes de sangre (protagonizada por Leonardo Di Caprio) y musicalizaron varios capítulos de la serie norteamericana "ER".


En sus tres discos, grabados en lengua nuer (una lengua tribal que se habla en su tierra natal), árabe e inglés, el artista repasa fragmentos de su singular vida, una historia con entidad más que suficiente para erigirse, por sí sola, en denuncia sobre el drama que padecen cientos de miles de niños en el mundo: los niños soldados, también conocidos como niños perdidos.


De acuerdo con cifras internacionales, hoy en día, tal vez en este mismo instante, alrededor de 300.000 niños y adolescentes son parte de enfrentamientos armados sin saber muy bien por qué. Alrededor de la mitad de ellos se encuentra en Africa. Lo cierto es que estos niños perdidos están a años luz de los del cuento de Peter Pan: en los ejércitos suele ser frecuente que padezcan todo tipo de abusos, incluso sexuales.


Consciente de que su pasado es el presente de miles de niños africanos, Emmanuel creó una fundación llamada Gua, que significa "paz" en lengua nuer. Con ella trabaja para que diferentes comunidades africanas logren superar los efectos devastadores de la guerra y la pobreza, aunque hace especial hincapié en brindar educación y oportunidades a niños y jóvenes. En la actualidad trabaja, principalmente, en zonas de Kenia y Sudán, pero se propone expandirse a toda el área del Africa subsahariana.


Entre conciertos y viajes de difusión, Emmanuel vuelve regularmente a Africa. De hecho, en este preciso momento se encuentra en Uganda, trabajando en zonas de difícil acceso para la tecnología y las comunicaciones, de acuerdo con su manager, Kemi Davies, contactado por LA NACION.


Emmanuel no sabe con certeza cuándo nació, aunque estima que fue en 1980 en Tong, una región de fuerte influencia católica. Pocos años después, el Ejército de Liberación Popular de Sudán se levantaría contra el gobierno nacional que, entre otras medidas, quería imponer la ley islámica en todo el país.


Como relata en su página web ( www.emmanueljal.com ), Jal fue parte del Ejército de Liberación Popular de Sudán a partir de los 7 años, convirtiéndose en uno más de los 10.000 niños soldados que sirvieron en ambos frentes a lo largo de dos décadas de guerra civil. "Por casi cinco años fue un niño guerrero, cargando un fusil AK-47 que era más alto que él", escribe en su biografía. Su madre acababa de morir, su padre se había enrolado en el ejército rebelde, y lo que parecía ser un viaje hacia algún instituto educativo acabó siendo el camino que lo llevó a la trinchera. "Vimos la guerra. Vimos asesinatos... Cuando nos preguntaron si queríamos aprender a disparar dijimos: ¡Sí!", recordaba Jal en una entrevista reciente al Telegraph , la versión online del diario inglés Daily Telegraph .


Lo que seguiría, de todas maneras, estuvo lejos de ser una aventura: fueron casi cinco años sangrientos en los que vivió y padeció todo tipo de situaciones. Desde crueles castigos por desobedecer órdenes de sus superiores, pasando por la matanza del enemigo en el campo de batalla, hasta llegar a la lucha por no sucumbir a la tentación del canibalismo durante su viaje hacia el campo de refugiados. "Esa fue la parte más oscura de mi vida. Estaba hambriento y estuve a punto de comerme a mi propio amigo, que estaba herido. Recuerdo que yo le sostenía la mano mientras pensaba ?te voy a comer mañana´. Pero entonces recordé que mi madre siempre decía que había que ser paciente y esperar por comida, porque Dios hace las cosas bien. Y a la mañana siguiente pudimos cazar un ave y comerla", recordó en una entrevista.


El poder de la música


¿Y cómo es que este niño perdido logró encontrarse como artista? Para eso fue fundamental la entrada en su vida de Emma McCune, la trabajadora humanitaria que conoció en el campamento de Waat. McCune, casada con el líder guerrillero sudanés Riek Machar -a quien convenció de no enrolar niños soldados-, adoptó a Emmanuel y se lo llevó en secreto a Kenia.


"Me mandó a una buen internado y pagó todos mis gastos. Nunca había recibido ese tipo de atención. Nunca me gritó, siempre me corrigió suavemente. No entendí lo que significaba el amor hasta entonces", recuerda.


Seis meses después de la llegada a Kenia, McCune moriría en un accidente automovilístico. Pero el poco tiempo transcurrido había sido suficiente para torcer el rumbo en la vida de Emmanuel. Y para que Emma dejara una huella profunda en su vida. De hecho, el proyecto educativo de la fundación creada por Jal lleva el nombre de McCune.


Luego de un tiempo como monaguillo en una iglesia de Nairobi, Jal descubrió el poder de la música para calmar sus demonios. Lo que comenzó con la organización de conciertos en la iglesia, con el tiempo se convertiría en los comienzos de su carrera profesional.


A los 18 años, y aunque de manera muy precaria, pudo grabar su primer single. Con el boca a boca y la difusión radial de ese tema llegaría la fama: dos meses en la cima del top ten keniata y hoy, poco más de diez años después, cientos de miles de copias de sus discos vendidos por todo el mundo.


Con todos los ingredientes típicos de un producto cinematográfico, su historia inspiró el documental War child , dirigido por C. Karim Chrobog. El film, estrenado el año último, ganó numerosos premios en festivales internacionales como el de Bolonia y Tribeca. También la vida de Emma McCune será llevada al cine. El film, Emma´s war ("La guerra de Emma"), será protagonizado por Nicole Kidman y su estreno está previsto para 2011.


Suele decirse que la fama de todo artista tiene sus costos y el caso de Emmanuel Jal no es la excepción. Para él, la fama es un constante viaje hacia aquellos terribles años. Algo que, de todas formas, él ha sabido convertir en una oportunidad. Sólo con el nombre de sus tres discos - Gua, Ceasefire ("Alto el fuego") y War Child ("Niño guerrero")- puede tenerse una idea sobre la dimensión cuasi terapéutica que ha significado grabarlos. Una especie de exorcismo de viejos fantasmas que también se recreó cuando escribió su autobiografía, War Child, a child soldier´s story ("Niño guerrero, la historia de un niño soldado"), publicada en febrero de este año en Inglaterra y, en marzo, en los Estados Unidos.


Aunque reconoce que fue la venganza la que lo empujó al campo de guerra, sus letras son más un mensaje de paz que de resentimiento. Consciente de su influencia sobre las generaciones más jóvenes, critica, incluso, a otros artistas de hip hop que, con su música, incitan a la violencia. "Las mentes de los más jóvenes son fácilmente influenciables. Sus conciencias son fácilmente corruptibles. ¿Cómo puede pensar que es divertido matar alguien que realmente no ha matado? Pues no lo es", reflexionó en una entrevista.


Mientras trabaja en su cuarto disco, Jal suele estar siempre bien dispuesto a participar en campañas o festivales humanitarios junto a artistas como Moby o Amy Winehouse. También suele visitar universidades norteamericanas contando su historia y, con ella, la de miles de niños esclavos de la guerra.


Emmanuel Jal sigue siendo un guerrero. Pero la lucha es otra. Y sus armas también.


Quién es


Nombre y apellido:
Emmanuel Jal

Edad:
29 años

De niño soldado a estrella:
Fue soldado del Ejército de Liberación Popular de Sudán entre los 7 y los 12 años. Escapó y logró cambiar su vida de la mano de una trabajadora humanitaria que lo adoptó. Hoy es un cantante de hip hop con proyección mundial.

Entre la fama y el compromiso:
Con sus tres discos vendió cientos de miles de copias en todo el mundo. Hoy reparte su tiempo entre su carrera y la expansión de su fundación, Gua, con la que busca rescatar comunidades de la pobreza y de los desastres de la guerra.

 "Warchild" (2008) que va dedicado a Emma Mc Cune, una mujer que le salvó a él y a otros cientos de niños soldados de la guerra.
 

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