Por: Esteban Saldaña Gutiérrez Ingeniero Industrial |
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En la obra “Las 'reducciones', uno de los instrumentos del etnocidio” de Abdón Yaranga Valderrama, de la universidad de París VII, “Relación de Cabrera A. Chávez, 1586” aparece Tantará como uno de los “pueblos indios que formaba la provincia de Castrovirreyna, cuyo antiguo nombre – de Castrovirreyna - fue Choqllu Qocha”, se lee en ese documento.
Esa información histórica confirma que Tantará existía antes de la llegada de los españoles y por su ubicación geográfica podemos deducir que pertenecía a la cultura Chanca, pertenecientes a una raza de aguerridos guerreros, quienes al mando de sus generales Asto y Tomay Huaraca llegaron hasta la ciudad imperial del Cusco para sojuzgarlos.
En esos lejanos días Tantará era un extenso valle agrícola, administrado desde Marquircan donde al parecer existía una pequeña población o tal vez un tambo. Otro lugar es Tinyayooc, al parecer un santuario o un atalaya. Los dioses tutelares, a parte del sol y la luna, que veneraban nuestros antepasados, “el Huamaní” que hasta hoy y por siempre dormita en la parte superior de Torre Rumi.
El exuberante y muy próspero valle de Tantará gozaba y goza de ingente cantidad de agua. Hasta cinco grandes e importantes “estancos”, que hasta ahora subsisten, ubicados estratégicamente en las periferias irrigaban las partes altas. Huancacocha, Coriacc, riconada de Cuchicorral, Antarumi, entre otros. Dos majestuosas irrigaciones, Chuimacc y Pacchac, cuyas aguas son traídas desde el río Grande, que es una obra de la ingeniería agrícola digna de admirar, irrigan la parte media y baja. No solo “tomas” y ccochas, también ojos de agua limpia y cristalina llamadas puquio. Antas, Huichccullay, Huaycco, Ornucacc. Nuestros apus fueron muy generosos con nosotros.
Llegado los españoles desmontaron toda esta excelente forma de producción agrícola y bajo la modalidad de “levas” llevaron a la fuerza a nuestros antepasados a trabajar en los oscuros socavones de las minas de Castrovirreyna y Huancavelica. Triste historia. Todo el antiguo valle fértil y verde se convirtió en un valle infecundo, estéril, amarillento.
En la época de la independencia, Tantará fue cabeza de ocupación de las fuerzas realistas, y desde allí, el sanguinario y genocida coronel José Ramón Rodil dirigía un regular ejército que asolaban Chupamarca, Huamatambo, San Juan y Aurahuá, en su ciego afán de retomar Lima, a través de Yauyos, donde había perpetrado una serie de abominables crímenes, tal como se lee en la obra “Las guerrillas de Yauyos en la emancipación del Perú” del historiador Ezequiel Beltrán Gallardo.
Libres del dominio español, nuestros padres y antepasados volvieron sus ojos a su pueblo que los vio nacer y retomaron con fuerza inusitada las labores abandonas. La falta de presupuesto no les resto fuerza y moral para retomar el camino abandonado.
Se empezó a construir nuestra afamada iglesia, con particularidades que la hacen única. Primero su ubicación, que se encuentra por debajo de la plaza de armas y ocupa el lugar de un antiguo cementerio. Luego toda su fachada, la calle central y laterales, las ventanas, las cenefas, pilastras y remates, están construidas a base de piedras cinceladas y talladas en la cantera de Llanca, por picapedreros de Ayacucho. Para coronar esta maravilla de la arquitectura moderna, su torre alberga dos antiquísimas campanas, forjados en bronce y oro. Una de ellas, conocida como campana “macho”, fue donado por don Anselmo Vidalón Fernández, patriarca de la familia Saldaña – Gutiérrez.
Motivo de preocupación fueron las abandonadas tomas de Chuimacc y Pacchac. Sin ningún tipo de presupuesto ni dirección o asesoramiento de ingenieros, solo siguiendo el rastro borroso de las acequias, lograron reconstruirlos y dotar de abundante agua a nuestro distrito. En esta tarea perdió la vida don Desiderio Saldaña Tovar, patriarca de la familia Saldaña Gutiérrez.
Es así como se llegó a un doce de enero de 1921, donde por Ley 4207, firmado por el entonces presidente Leguía se crean los distritos de Tambo y Tantará. Tambo como capital y anexos Tambo y Capillas se lee. Tantará con su capital Tantará y anexos Cacrillo y Huanaco, concluye el documento de creación política de nuestro distrito.
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