PILPICHACA (Huaytará) -  Crueldad extrema. Desalmados sujetos abusan sexualmente de una joven de 22 años y para evitar que los delate le cortan la lengua. A consecuencia de este brutal hecho ella ha perdido la razón, según contó su angustiada madre.

Este inhumano hecho fue descubierto por policías de la Comisaría de Pilpichaca, quienes en su diaria labor arribaron al anexo de San Felipe de la provincia de Huaytará, para verificar la denuncia de un presunto estado de abandono en el que viven los demás niños de esta familia.

Pero con lo que se encontraron fue algo más que eso. Allí, la madre confesó el terrible secreto que había destrozado la vida de Dominga de 22 años a quien uno o varios sujetos vejaron de la forma más cruel y para evitar que los delatara le cortaron la lengua, pero nunca hubo denuncia y el caso quedó impune.

 

Los asistentes sociales y la psicóloga del Centro de Emergencia Mujer de Castrovirreyna que acompañaron a la Policía, determinaron que Dominga se encuentra desconectada de la realidad y presenta comportamiento delirante, además de un cuadro de desnutrición crónica.

La médico del Centro de Salud de Pilpichaca Sandra Choque Astocaza, verificó que la víctima presenta amputación de la lengua.

Pero no es la única que pasaba por este infierno, pues también la madre y sus tres hermanos: un varón de ocho años, una niña de un año y medio y una adolescente de 15 años, viven en condiciones infrahumanas. El varón no asiste a clases, porque no tiene documentos ya que no está reconocido por su padre.

“No tengo plata para mantener a mis hijos. Soy madre soltera y vivimos de lo que nos dan los dueños de las alpacas que pastamos. A veces sólo comemos arroz, galletas o papas sancochadas”, contó entre lágrimas Julia G.L (43).

El Ministerio Público iniciaría investigación de oficio en el caso de Dominga. Fue referida al Hospital de Huancavelica y su hermano a la aldea.

Ahora, la pelota esta en la cancha de Jesus Huarcaya, alcalde de la provincia  de Huaytará y del generoso gobernador regional de Huancavelica, Glodoaldo Alvarez Oré.
 
 Fuente: Correo