43 años de fundación cumple el semanario TINTA  de Chincha, combativo vocero, defensor de las causas más nobles del pueblo 

Un sábado 10 de marzo de 1973, salió a la palestra el semanario TINTA de Chincha, fundado por Adolfo Peschiera Gonzáles, César Rosas Roque y Aurelio Chacaliaza Ávalos, entre otros. Un vocero plenamente identificado con el pueblo, y que jamás se unió con la mafia y la corrupción. Una revista que fue sinónimo de combate, donde los 3 nombrados que ya no están con nosotros, pero dejaron huellas profundas de calidad, honestidad, moral y ética. Fue inclaudicable con sus principios, por ese motivo los mafiosos y los corruptos, jamás comulgaron con su línea periodística de TINTA.

Adolfo, César y Aurelio, además del poeta incorruptible, Luis Brígnole Roy, dieron cátedra de periodismo y honradez. Con sus plumas temblaban las autoridades corruptas. Luis Brígnole sabía quién mató a su hermano Alfredo, en la que se encarceló, en primera instancia, a José Navarro Grau. Lamentablemente con su muerte no se esclareció bien el asesinato de Alfredo Brígnole Roy, ocurrido en el Hotel Cañaveral, en extrañas circunstancias, donde el detective, que investigó el sonado caso,  Wilber Torres, conocido como el James Bond peruano, fue liberado de toda culpa, tras inaudita acusación.

La mafia del Poder Judicial y los corruptos pretendieron silenciar al semanario TINTA de Chincha, entablándoles denuncias tras denuncias. Incluso su director fue encarcelado como muchos periodistas, tales como Mario Castro Arenas y Eduardo Gonzáles, entre otros,  en aplicación del mal llamado Estatuto de Prensa, evacuado durante dictadura de Velasco Alvarado.  

Su director salió libre como los demás periodistas al instaurarse el gobierno democrático de Fernando Belaúnde Terry. De manera son 43 años de lucha, donde el principio periodístico asumido en su primer número de ser inclaudicable, sigue intangible hasta la fecha, no obstante al tiempo transcurrido.

No nos vanagloriamos de mantener una posición incorruptible, durante 43 años, porque somos enemigos de los autobombos. Nuestros ilustres cofundadores tampoco cayeron en el minusvalidismo mental, ejemplo incólume que conservamos   Hace poco, un ciudadano desconocido se nos acercó y felicitó nuestra línea periodística. Eso es lo que más nos reconforta, no el elogio que podemos expresar sosteniendo una postura falsa de la vida y quehacer  del otrora semanario tinta, cuya columna: CON TINTA EN LAS VENAS, sigue hasta el presente, sin alteración alguna, ni el menoscabo de los ideales planteados en 1973.  

Podrán imitarnos y decir lo que quieran, pero los manes tutelares de quienes sembraron una semilla para lidiar por Chincha, y nos guían desde el más allá, siempre será el derrotero  a seguir; que ellos, como verdaderos hijos de Chincha, entregaron sus vidas por esta tierra bendita, sin recibir a cambo dádiva alguna, que habría significado su deshonra.