No es raro encontrar orégano en una receta de pasta o pizza o un aji de gallina, etc. Sin embargo, se ha descubierto que este gran aliado culinario tiene otros beneficios además de su uso en la cocina. En el actual panorama de preocupación por la salud y la silueta, el orégano es un ingrediente esencial para quienes desean controlar su peso.
Puede ser sorprendente porque quizás no se ha publicitado lo suficiente la capacidad del orégano para promover la pérdida de peso y la salud metabólica, pero es cierto que se han identificado varias propiedades muy positivas para estos propósitos.
Compuestos activos: el orégano contiene carvacrol, un compuesto que se ha investigado por sus posibles efectos en la regulación del metabolismo. Algunos estudios sugieren que el carvacrol puede tener un impacto positivo en la regulación de los niveles de azúcar en la sangre y en la mejora de la sensibilidad a la insulina, lo que podría ser beneficioso para el control de peso.
Propiedades diuréticas: el orégano puede ayudar a eliminar el exceso de líquidos del cuerpo, lo que puede resultar en una pérdida de peso temporal por la eliminación de líquidos retenidos.
Digestión: tradicionalmente, el orégano ha sido utilizado para aliviar problemas digestivos. Una buena digestión es esencial para el adecuado metabolismo de los alimentos y la absorción de nutrientes.
Reducción del apetito: algunas fuentes sugieren que los compuestos en el orégano pueden ayudar a reducir el apetito, aunque se requieren más investigaciones en esta área.
Cómo consumir el orégano
Si bien es cierto que esta hierba aromática puede ofrecer ventajas en aspectos como el metabolismo y la digestión, la clave para desbloquear sus beneficios radica en cómo y en qué cantidad se consume.
Orégano seco o fresco en comidas: incorporar orégano como condimento en tus platos es una de las formas más sencillas de incluirlo en tu dieta. Puedes esparcir orégano seco en ensaladas, sopas, guisos o cualquier otro platillo que te guste.
Té de orégano: para prepararlo, hierve agua y añade una cucharadita de orégano seco o un puñado de orégano fresco. Deja reposar de 5 a 10 minutos, cuela y bebe. Puedes consumirlo una o dos veces al día.
Aceite esencial de orégano: es una forma concentrada de obtener los beneficios del orégano. Sin embargo, es potente y debe ser usado con precaución. Si decides usar el aceite esencial, asegúrate de que sea apto para el consumo y sigue las indicaciones del envase. Normalmente, se diluyen unas gotas en agua o aceite portador antes de consumir.
Suplementos de orégano: están disponibles en cápsulas o en forma líquida y ofrecen una dosis concentrada de los beneficios del orégano. Siempre sigue las recomendaciones de dosificación del fabricante y consulta a un profesional de la salud antes de comenzar a tomar cualquier suplemento.
En cuanto a las cantidades, no hay una dosis diaria recomendada específica para el orégano, ya que varía según el propósito y la forma en que se consume. Sin embargo, como con cualquier hierba o suplemento, es fundamental comenzar con una dosis pequeña y observar cómo reacciona tu cuerpo.
Es importante subrayar que, aunque el orégano es un aliado formidable en la lucha contra el sobrepeso, su inclusión en la dieta debe ser complementaria a hábitos de vida saludables. A saber, una alimentación equilibrada y la realización de actividad física son componentes irremplazables en cualquier plan para mantener una vida sana y activa.
La integración de remedios naturales como el orégano no debe ser vista como una solución milagrosa, sino como una ayuda extra que, combinada con otras prácticas saludables, puede acelerar y facilitar el proceso de adelgazamiento.
Fuente: Mundo Deportivo
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