Desde que se enteró de la desaparición de la niña Judith, gran parte de la población huancavelicana expresó su solidaridad. El caso era bastante llamativo, pues el extravío de la pequeña en un restaurante, sin razones aparentes, dejaba mucho para las especulaciones, sin embargo nadie imaginó la tragedia en que terminaría todo. Según versiones de la Policía, la menor Judith Huamaní Castro (4) comía en compañía de sus padres en un restaurante ubicado en el barrio Santa Ana, pero mientras sus progenitores permanecían en el local, ella salió un momento al exterior del establecimiento. Sus parientes, confiados, pensaban que la menor estaba jugando pero cuando fueron a recogerla no la hallaron más.
Al saber de lo sucedido, allegados, amigos y compañeros de la pequeña Judith expresaron su solidaridad con la familia. Alumnos de la institución educativa donde estudiaba marcharon por los exteriores de la comisaría de Santa Ana exigiendo celeridad en su búsqueda.
Versión de fuentes confiables refieren que un vecino del barrio Santa Ana, que caminaba para regresar a su domicilio, por espaldas del estadio IPD se percató del cadáver todavía fresco de la pequeñita que tenía la ropa interior abajo. El testigo se comunicó con miembros del Escuadrón de Emergencia, quienes llegaron al lugar y constataron que se trataba de Judith.
Pocas veces se vio en la Tierra del Mercurio que una noticia se propague con tal rapidez. En solo unos minutos decenas de pobladores se trasladaron a inmediaciones del estadio del IPD para insultar a efectivos policiales culpándolos por la falta de seguridad en la ciudad que provocó una desgracia de esta magnitud.
Resultados de la necropsia practicada al cadáver a cargo del perito del Instituto de Medicina Legal, Huber Valle Mendiolaza, determinaron como causa de muerte asfixia, es decir el homicida que cegó la vida de la infante la habría estrangulado.
El sujeto que cometió un acto tan vil con una menor de solo 4 años, previamente la habría ultrajado, pues la niña tendría signos de haber sido vejada.
Al cierre de nuestra edición, los padres permanecían medicados, estaban en estado de shock y eran atendidos por miembros del Samu, compresiblemente no se reponían de tamaña insanía cometida contra su engreída.
Los manifestantes mostraron su total rechazo a los agentes del orden y lamentablemente ocurrieron actos vandálicos como el destrozo de un patrullero que estaba estacionado por la zona, solo a unos metros de la Comisaría Sectorial de Huancavelica. Desde la mañana, amigos, familiares y vecinos indignados por este hecho, salieron a las calles de Huancavelica, donde protestaron de forma enérgica.
Ellos fueron de forma indistinta a la municipalidad de Huancavelica, Fiscalía, Morgue, Poder Judicial y otras instituciones.
Un contingente policial de antimotines acompañó a los familiares durante las movilizaciones.
“¡Para qué están los policías, cuando uno les pide ayuda, no ayudan, nos dicen ‘vé donde serenazgo’!, ¿acaso ellos tienen arma?”, increpó durante una protesta la ciudadana Brígida Mollehuara. Ante la queja de los pobladores, el coronel de la Región Policial de Huancavelica, Ángel Toledo, lamentó el deceso y afirmó que la PNP salió en todo momento a apoyar las labores de búsqueda y que cumplieron con los protocolos que exige el reglamento policial.
Fuente: CORREO