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Por: Esteban Saldaña Gutiérrez
Ingeniero Industrial
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"Tío Eduardo Saldaña Gutiérrez"
En la foto se aprecia a mi tío Eduardo completamente compungido, no era para menos, había perdido a una hija. Al lado mi tío Domingo, su hermano, igual con una inmensa pena. Me imagino el desenlace. La triste noticia habría sido comunicado a Tantará vía teléfono (el de los telegramas).
"Aló Tantará. Si Tantará. Tantará, para comunicar sensible fallecimiento de Sra.Olga Saldaña, hija de Eduardo Saldaña" (minimizaban al máximo las expresiones). Al vuelo a dar la mala noticia al tío. Mamallay huacachalla … ima … (era su clásica expresión en momentos difíciles), contestaría tío Eduardo. No creo que haya comunicado a mi tía Ruperta, la mala noticia, en lugar de ello, con lágrimas en los ojos le habría dicho a mi abuelita Victoria, su mamá, la terrible noticia. Llama a Dominguito, que está en Arma, y viaja con el a Huachos, en que desamparo habrán quedado sus pequeños. Igual recomendación mi tía Flora, su hermana.
"Aló Arma. Aquí Arma", contestaría don Macario, el telefonista (que se alojaba en la casa del abuelo Nicolás cuando llegaba a Tantará). Don Macario, don Eduardo necesita hablar con don Domingo Saldaña, urgente. Mi tío Eduardo, entre sollozos le habría dicho: Dominguito -Así le decían, por ser el benjamín de la familia- Olguita ha fallecido en Huachos. Luego de recuperarse de la pésima noticia, le habría dicho, cálmate Eduardo, me causa gran pena, contestaría pausadamente, con su voz grave, era su costumbre. Nos encontramos en Palca, donde Julita. Mi tía Julia, hermana de mis tíos y a la vez telefonista en Palca. Si Domingo, Eduardo, vengan cuanto antes, habría intercedido mi tía, por la línea telefónica.
Esos teléfonos permitían escuchar a todos las conversaciones. Mi tío Domingo a su esposa: Victorita, Olguita, la hija de Eduardo, ha fallecido en Huachos. He quedado con Eduardo encontrarnos en Palca y de allí nos vamos a Huachos. Envía a la gente a ensillar mi caballo. Si Domingo, ahora mismo, tienes que viajar, llévale mis condolencias a todos, en especial a Eduardo. Mi tía Victorita era así de dulce. Palca, es el punto convergente y equidistante de todos los distritos del norte de Castrovirreyna, a una distancia de 20 Km de cada uno de ellos.
En ese entonces no había carretera, solo camino de herradura, escabroso, dificil y muy peligroso, sobre todo entre Colcayá y Palca. Solo los mulos garantizaban algo de seguridad, los caballos no. Bueno, en ese punto se habrían encontrado, tras comunicar a mi tío Damían, su hermano que vivía en cascanni. Ya en Palca, llanto, pesares. Que vamos hacer, es la decisión de nuestro señor, habría dicho mi tía Julia, que era la más decidida. Vayan ya a Huachos, ahorita, Antonio (su esposo y que daba vueltas por allí, tratando de colarse) no irá, habría dictaminado. Ya en Huachos, en el cementerio, junto al clásico cajón y la cruz pueblerina, se les ven abatidos, nostálgicos. Al fondo Ricardo Soldevilla, joven, igual, apenado. Todos los nombrados están ahora al lado de nuestro señor, muy lejos de este valle de lágrimas.
Que Dios nuestro señor los tenga en su gloria.