Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en Saluderecho

En el Perú,  algunas veces niños desde los 12 años, que siguen hablando como lo que son, niños; comienzan a pedir una chela bien fría para la sed. Irónicamente cuando empiezan  a beber  alcohol dicen, ¡Salud¡.

Aunque de las estadísticas oficiales se deduce que el problema empieza a disminuir; entre 2010 y 2015, en el área urbana en Perú, la prevalencia de vida de consumo de alcohol, en población de 12 a 18 años,  disminuyó de 62.7% a 59.7%, y en población de 19 a 24 años de 92.7 a 87.3%.

Después de borrachos, ebrios, alcoholizados, por su consumo irresponsable; la cuenta de cobro se la pasa el destino a niños y adultos. La tragedia a veces empieza y termina en el entorno familiar.

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El 67% de niños campesinos en una comunidad de Ayacucho, dijo que sus padres se emborrachan con frecuencia, y cuando están mareados les pegan “como si hubiesen tomado pólvora”.

En 2015 se aliaron cinco entidades ( BID, PNUD, INEI, INPE, Defensoria Del Pueblo y la ONG Ciudad Nuestra), para publicar un estudio titulado  «¿Quiénes son delincuentes en el Perú y por qué?
Factores de riesgo social y delito en perspectiva comparada en América Latina». Los encuestados eran reclusos.

“Entre los hallazgos destaca que un porcentaje importante de los encuestados reconocieron haber crecido en hogares con altos grados de violencia intrafamiliar: el 44% aseguró que durante su niñez fueron golpeados por sus padres y el 39, 2% afirmó que su madre era agredida físicamente por el progenitor. De acuerdo con estos indicadores, en el plano comparativo los hogares peruanos figuran como los más violentos de la región.”

 

En el Perú, millón 500 mil peruanos sufren de una u otra forma abuso-dependencia de alcohol, según el Ministerio de Salud (MInsa). Por cuenta de ese estado de ánimo, se  han causado cientos de accidentes de tránsito, incapacidades laborales, homicidios, suicidios, etcétera. La anterior cifra podría subir, si en el Congreso de la República  de este país se aprueba una  ley que disminuye el impuesto a la cerveza;  haciéndola más accesible para el consumidor. (Paradójicamente no encontramos propuestas en el Poder Legislativo para reducir o congelar el precio de alimentos de la canasta familiar).

En el año 2015  conductores borrachos  estuvieron involucrados en más de 8,100 accidentes de tránsito en este país. El asunto es más grave cuando ocurre en unidades formalizadas o improvisadas de transporte público, y a las autoridades les queda imposible verificar si el conductor ha ingerido alcohol en el recorrido. En la región andina es costumbre que los choferes en rutas largas se toman un traguito “pal frío”.

Según las estadísticas oficiales, en Perú en los últimos cuatro años, los casos de trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso del alcohol subieron de 300 a 500, mientras que los casos de cirrosis hepática se duplicaron de 160 a 320. De acuerdo al Modelo de atención  integral en salud mental del Minsa, en cuanto al alcohol, su consumo en la vida en la última década al nivel de la población peruana ha fluctuado entre 83% y 88%.

El uso nocivo del alcohol es uno de los cuatro factores de riesgo de enfermedades no transmisibles importantes que son susceptibles de modificación y prevención. Las otras tres son el consumo de tabaco, la inactividad física y las dietas malsanas.

El Perú,  entre los países de América del Sur ocupa el primer lugar  con más alto consumo anual de alcohol puro por bebedor, con 18,4 litros. En el segundo puesto está Argentina. En  el continente americano, el alcohol es responsable del 5,6% de todos las  muertes; mientras que  unos 320.000 jóvenes de entre 15 y 29 años fallecen en toda la región por causas relacionadas con el alcoholismo.

Desde mediados de 2016, la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud en el Perú (OPS/OMS), han puesto en el tapete   la necesidad de colocar este tema en la agenda pública a través de los medios de comunicación.

@luforero4