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Uso positivo de las nuevas tecnologías: 11eme. desafío de la salud mundial en esta década

Prevenir, diagnosticar y tratar muchas enfermedades son las funciones principales de las nuevas tecnologías, constituyéndose en una verdadera “revolución”, pero para todos.

Las nuevas tecnologías están revolucionando nuestra capacidad para prevenir, diagnosticar y tratar muchas enfermedades. La edición del genoma, la biología sintética y las tecnologías de salud digital, como la inteligencia artificial, pueden resolver muchos problemas, pero también plantean nuevas preguntas y desafíos para el monitoreo y la regulación.
Las nuevas tecnologías están revolucionando nuestra capacidad para prevenir, diagnosticar y tratar muchas enfermedades. La edición del genoma, la biología sintética y las tecnologías de salud digital, como la inteligencia artificial, pueden resolver muchos problemas, pero también plantean nuevas preguntas y desafíos para el monitoreo y la regulación.

 

Por: Luis E. Forero Medina  Abogado/Especialista enSaluderecho 

 

Un peruano campesino con depresión se conecta con su terapeuta a miles de kilómetros de distancia; a una joven mexicana diabética tipo 2 le suena su móvil con el mensaje de texto “Se ha detectado aumento de azúcar en la sangre. Inyéctese inmediatamente 6 unidades de insulina de acción rápida”, y un médico de emergencias en Uruguay va a prescribir un medicamento a un paciente cuando una alerta aparece en la interfaz del registro electrónico de salud del hospital: “No lo administre – el paciente tiene reacción alérgica”.

 

Son tres ejemplos que trae Andrea Ulrich acerca de lo que es la salud digital, definida como “el campo del conocimiento y la práctica relacionado con el desarrollo y la utilización de las tecnologías digitales para mejorar la salud”.

 

 

El 2020 se convirtió en una talanquera para nuevos programas que desde el año  que transcurrió se emprendieron en salud digital, que sin embargo se vieron congelados por varios meses; primero la puesta en funcionamiento de  sendos comités constituidos en 2019 por la OMS (Organización Mundial de la Salud) que conformó de  entre varios expertos mundiales para que se encarguen de la edición del genoma humano y la salud digital, que junto con  la biología sintética y la  inteligencia artificial, están ayudando a salvar vidas, “pero también plantean nuevas preguntas y desafíos para el monitoreo y la regulación”.

 

De la misma manera y por la misma causa fue aplazado apenas arrancado, el Proyecto de estrategia mundial sobre salud digital 2020–2025 que duró década y media para salir a la luz desde que fue concebido, “para aplicar a la salud las tecnologías de información y comunicación y promover el disfrute universal, equitativo y a precio asequible de los beneficios que de ahí se deriven”. Hace ocho años nuevamente la Asamblea de la Salud insta a los Estados miembros “a que consideren la posibilidad de formular políticas y mecanismos legislativos vinculados a una estrategia nacional general de cibersalud”.

 

Prevenir, diagnosticar y tratar muchas enfermedades son las funciones principales de las nuevas tecnologías, constituyéndose en una verdadera “revolución”. Sin una comprensión más profunda de sus implicaciones éticas y sociales, estas nuevas tecnologías, que incluyen la capacidad de crear nuevos organismos, podrían dañar a las personas a las que deben ayudar, advierte la máxima autoridad sanitaria mundial.

 

Hace tres décadas la técnica conocida como edición de genes fue calificada como otra revolución, utilizándola en laboratorio “para demostrar que se puede reparar algún error en un gen que provoca cierta enfermedad” (Doctora Rosa Estela Navarro González, UNAM)

 

La salud aceleradamente se adentra para beneficiarse de la era digital, con el fin que las personas sean atendidas desde su casa, mediante videoconferencias, el control pos consulta que se realiza también a distancia; aprovechando de la inteligencia artificial, la analítica de macrodatos, las cadenas de bloques, los celulares, las plataformas y diversas aplicaciones, que le hacen más llevadera la vida a los pacientes por tener una continua asistencia, así sea remota.

 

El problema es cuando esa persona no tiene datos, no está conectado a internet, generalmente debido a causas económicas. En esos eventos, cualquier avance es discriminatorio y mortal y contrario al uso positivo de las nuevas tecnologías. Es el caso, en que la salud digital sólo beneficia a las personas conectadas a internet; y para el otro grueso de la población sólo es un sueño la visión de ese tipo de salud digital.

 

El Dr. Garrett Mehl, científico de la OMS, advierte que en este tema “hay que tener en cuenta aspectos estructurales de los lugares donde se utilizan, la infraestructura disponible, las necesidades sanitarias que se pretenden satisfacer y la facilidad de uso de la propia tecnología”.

 

@luforero4

 

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