Veintidós antiguos ministros latinoamericanos —de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú y Uruguay— han difundido una carta abierta en la que instan al secretario general de la ONU, António Guterres, a que analice “si la Federación Rusa no debería ser suspendida de [su pertenencia] a la Asamblea General, como lo fue Sudáfrica en 1974, hasta que se comporte de manera acorde con las responsabilidades de la carta” del organismo multilateral.
Los firmantes motivan su solicitud en que “los civiles están siendo objetivo y asesinados de manera sistemática por parte de la Rusia a lo largo de Ucrania” en lo que califican como “una monstruosa violación de la carta de Naciones Unidas por parte de un miembro del Consejo de Seguridad”.
La misiva, fechada el sábado y difundida a las puertas de la reunión anual de la Asamblea General en Nueva York, es suscrita también por diversas personalidades ucranias y latinoamericanas del ámbito de la defensa de los derechos humanos. Entre los excancilleres que apoyan la petición a Guterres de que deje en suspenso la pertenencia de Moscú a la ONU, están la chilena Antonia Urrejola, el peruano Diego García-Sayán, el mexicano Jorge Castañeda y la colombiana Noemí Sanín.
En su opinión, más allá de los crímenes de guerra y contra la humanidad que atribuyen al invasor ruso, “la estrategia de la Federación Rusa de atacar deliberadamente y matar a civiles en Ucrania amenaza con convertir todo el edificio del Derecho Internacional Humanitario en un cascarón vacío, con consecuencias mucho más allá de Ucrania”. Y añaden que “la corrosión” del sistema viene de lejos y apuntan como origen, “según académicos, la conducta de Estados Unidos en la llamada guerra contra el terrorismo.
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