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Por: Eucadio Gutiérrez Solano Profesor/Periodista
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Mantenerse en silencio y al margen sería complicidad, vergüenza, deshonra, cobardía y alta traición. Aquel día 4 de marzo del 2018 se escribió la más hermosa página de la historia chavinera.
Ancianos, jóvenes, hombres y mujeres hicieron su cola defendiendo el honor de su tierra y sus sagrados intereses, como los pumas que, a media noche, defienden sus presas, demostrando su sangre guerrera, de puro corazón y alto sentido de identidad.
Al costado sucedía lo horrible, donde se unían los enemigos de ayer, los llamados traidores, levantando la bandera a todo pulmón del oprobio, de la vergüenza y de la traición, después de su verborrea, a favor de la compañía minera Milpo.
« Los antipatriotas chavineros pedían seguir saciando el hambre de Milpo, porque de lo contrario, decían que se detendría el desarrollo de Chavín. »
El pueblo conservando su tradición y honor rechazó la falacia, la mentira y los argumentos bastardos cargados de codicia y de extrema traición del grupo que defendía a Milpo. Al final del conteo se levantó la bandera de la moral y conciencia chavinera. Primó la defensa de su patrimonio territorial. Fue una lucha sacrosanta entre los traidores y el pueblo. La hora de la definición: entre el sacrilegio, el contubernio y la corrupción frente a la identidad y el honor incólume del pueblo chavinero, de pura espontaneidad, templanza y fe. Como todo estaba preparado para el triunfo de los traidores y su sumisión a la minera Milpo, éstos tuvieron todavía el cuajo y sinvergüencería de llevar a los empleados subalternos de Milpo, para que atestigüe su triunfo, su compromiso y fidelidad, y de paso pedir más obras, más plata para sus bolsillos.
Pues, los días anteriores al 4 de marzo, los traidores habían trabajado día y noche, incluso festinaron, según se dijo, un borrador de acta, firmado con sutileza, donde se especificaba la venta de tierras a Milpo, aunque haya protestas y reclamos. Con ardid los dirigentes allegados a Milpo, ofrecieron como siempre, pasajes y comida gratis, además dádivas y regalos. Los traidores se organizaron y prepararon consumar su traición arrastrándose públicamente a la empresa que les daba de comer, beber y vestirlos, además de las dádivas y otros beneficios, como los puestos de trabajo para sus familiares. Para las lacras no había honor ni dignidad. Según sus estimaciones y cálculos contabilizaron que ganarían de lejos, y coordinaron para que sean testigos del triunfo anti pueblo de Chavín, a Felicia Casto y Alonso Bravo Bejarano, representantes de Milpo. Se trataba de una batalla de vida o muerte.
Pero, jamás pronosticaron ni soñaron que aquel día, llamado con razón “Día de la Dignidad Chavinera”, los traidores o vende patrias iban a sufrir el revés, y beber la cicuta más amarga de su vida, por eso envalentonados y con el mismo libreto como habían coordinado, salieron, uno a uno, a dar su mejor discurso, su mejor oratoria, poniendo como a Dios, a Milpo, que gritaban dicha empresa bondadosa había llevado un gran desarrollo en Chavín. ¡Oh que sorpresa!, aquel día, los que andaban divorciados llegaron juntos, abrazados, hermanados, dándose besos, muy felices y sonrientes, hasta ensombrerados, vomitando fuego y provocando reacciones, como saboreando la sangre de sus hermanos, alardeando y vociferando sin importarles las lluvias, aplaudidos por sus familiares y algunos rufianes, para enrostrar canivalísticamente a los defensores del pueblo calificándolos como enemigos de Milpo. Y, para sumar su intención y ganar aplausos todavía hizo hablar a Felicia Castro de Milpo, para que diga “sobre las virtudes y millonarias obras que supuestamente realiza Milpo”, cual gusanos sin memoria.
« Los defensores de la dignidad y la causa del pueblo no obstante a la treta pactada entre Milpo y los traidores, no se dejaron de convencer. »
Mas bien demostraron mayor cohesión y fuerza. De nada valieron los cálculos y estimaciones traidoras ni el gasto de salivas, pues el pueblo chavinero, le respondió con un severo ¡no!, dijeron “échalo tierra y tápalo”, similar al gato que esconde su escoria. De este modo, con gallardía el pueblo chavinero, defendió su honor. Hasta las lluvias cayeron, al parecer de alegría. La restructuración de la IV Adenda está en marcha.
Habiendo logrado una vez más la defensa de su patrimonio, el gallardo pueblo chavinero, poco a poco, fue abandonando el lugar debido a las fuertes lluvias, sin presagiar que los traidores, como siempre ya tenían coordinado la venta de tierras a Milpo. Para tal canallada, los traidores habían incluido clandestinamente la petición de Milpo, la venta de tierras, rechazada y acordada en magnas asambleas. Los funcionarios de bajo nivel de Milpo, aguardaban frotándose las manos, con la miel en la boca, la consumación vil de la venta de tierras, burlándose del pueblo, que subrepticia y delincuencialmente había sido incluido en la agenda.
Al día siguiente el pueblo supo del contrabando habido, de la violación de la asamblea, de la traición de Judas, al estilo hamponesco. La guerra está declarada. La lucha es entre los defensores de Milpo y el pueblo chavinero.
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