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"Voces desde el silencio"

Éstas se desarrollan entre la fértil y compleja realidad de la serranía Chinchana, ambientada en sus majestuosos paisajes que realzan la belleza de la naturaleza, que luce su hermosura.

Distrito de San Juan de Yánac - Provincia de Chincha - Ica

 

 

Por: David Vilcapuma Gutiérrez 

Licenciado en Educación

Difusor de la literatura oral de la serranía chinchana

 

Mis narraciones reflejan la vida común, sin idealizaciones ni exageraciones, que exploran las complejidades, contradicciones de hombres y mujeres, sus costumbres y leyendas de las zonas rurales de la santa tierra.

 

Éstas se desarrollan entre la fértil y compleja realidad de la serranía Chinchana, ambientada en sus majestuosos paisajes que realzan la belleza de la naturaleza, que luce su hermosura.

 

Dónde sus protagonistas dan vida a sus personajes que interactúan con luz propia, intentando despertar conciencias en éste mundo indiferente, egoísta y sin sentimiento.

 

Resaltando sus extensas bondades, frente a sus dificultades que limitan su mejoría, y la calidad de vida de sus habitantes, donde muy pocos son conscientes de prepararse y hacer un proyecto de vida, para construir un mundo mejor y alcanzar la grandeza como seres humanos.

 

Los atractivos de la santa tierra, denominado paraíso escondido, son percibidos por los ojos de pocos visitantes ocasionales que asisten a sus fiestas costumbristas, y entre otras acciones sociales de interés común.

 

Siento que mis relatos cortos son más vigorosos que algunas extensas novelas, por estas virtudes todas mis narraciones, lo debo a mi padre, al hombre maravilloso de corazón noble, quién tiene la magia de la juventud, a él le debo el que hoy pueda escribir éstas simbólicas líneas.

 

Mi eterno agradecimiento a mi viejito lindo, quién junto a mi madre Brígida Gutiérrez Girón (QEPD), me trajeron a éste mundo, logrando sacarnos de la ignorancia a todos mis hermanos y a mí,  e insertarnos en la luz que nos da el saber y la cultura.

 

Gracias querido padre por los mágicos momentos, que aún me cobijaban tus brazos, recuerdo cuando yo era muy pequeño;  siempre nos has cuidado, nos diste tu protección, trayendo los alimentos a la casa, y lo hacías con mucho amor.

Gracias a Dios por su bondad y bendita misericordia, que nos guía, siempre por los mejores caminos en éste trascendente viaje de la vida.

 

Chincha, septiembre de 2024

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