El Director Ejecutivo de Proética, Walter Albán, consideró muy grave la suerte de descalificación ética de clase política peruana, luego que el ex representante de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata, declarara ante a los fiscales peruanos de lavado de activos, que la empresa brasileña financió con 8,4 millones de dólares, las campañas políticas en nuestro país durante el periodo 2006-2014.
“Hay un problema ya no solo de intoxicación o contaminación de esa clase política, sino también de una descomposición”, dijo en la última edición de La Voz de Proética.
Recalcó que esto ha sucedió porque no hay leyes firmes que controlen el ingreso de dinero proveniente de la corrupción para financiar campañas y candidaturas. Los sucesivos Congresos han evitado abordar este asunto y ahora podemos estar claros del por qué de esta situación
“Estamos ante la posibilidad de presionar ahora sí directamente al Congreso de la República para que estas medidas puedan ser finalmente aprobadas, comenzando por una que defina como delito, el hecho de recibir aportes para campañas sin declararlos. De esa manera, habremos emprendido el camino necesario para revertir la actual realidad en esta materia”, sostuvo.
Teniendo además presente los temas que aún quedan pendientes por declarar a Barata, en calidad ahora de colaborador eficaz ante la justicia peruana, Albán fue firme al señalar que se debe aplicar la frase “caiga quien caiga” para aquellos que se vean envueltos en uno de los casos de corrupción más grandes en el Perú y América Latina.
Por otro lado, reconoció el trabajo que viene realizando el Ministerio Público y espera que el Poder Judicial pueda hacer lo propio. Por ello, advirtió que es fundamental prevenir cualquier intento que afecte la independencia de nuestro sistema judicial ante los serios cuestionamientos que tiene en este momento toda la clase política.
“Quedamos muy atentos, porque acá se está juagando el futuro del Perú”, finalizó.
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